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Landín y Arellano reviven en Herediano una amistad "de chavos"

Atacantes florenses se conocieron en las ligas menores del Pachuca

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Omar Arellano tenía 15 años cuando su papá, del mismo nombre, se sumó a las filas del Pachuca de México, por eso aprovechó para ingresar a las ligas menores del cuadro tuzo, donde arrancó su carrera como futbolista.

Poco antes, en ese mismo 2002, había llegado otro "chavo" a la cantera del que era el equipo sensación del momento en el fútbol azteca. Ese joven era dos años mayor que Arellano, jugaba de delantero y venía desde Michoacán pulseando una oportunidad, su nombre era Luis Ángel Landín.

Con el tiempo, ambos hicieron yunta en la cancha, donde hicieron dupla como atacantes, pero también hicieron amistad fuera de ella. Landín ya conocía al papá de Omar, lo que cimentó aún más la cosa y por eso vivieron, como ellos mismos lo describen, unos años muy lindos en aquellos primeros pasos en el fútbol.

"Siempre tuvimos una muy buena relación porque su papá, además, fue mi entrenador. Para mí es muy bonito que después de tanto tiempo nos reuniéramos acá", nos dijo Luis Ángel en el salón de conferencias del estadio Rosabal Cordero al lado de su amigo y paisano.

Después de salir bicampeones con las reservas del Pachuca, al mando de Rubén "Ratón" Ayala, ambos son ascendidos al primer equipo en el 2004 y debutan en la primera división con solo dos meses de diferencia. Luis en agosto y Omar en octubre.

Ya en la máxima categoría, los muchachos empezaron a ganarse un campo en los tuzos, dirigidos en aquel momento por el famoso Enrique "Ojitos" Meza. Cada uno peleaba lo suyo, pero no olvidaban la amistad que los unía fuera del campo.

"Nosotros llegamos juntos a la primera división y coincidimos en la selección. Después yo me fui a Chivas y él a Morelia, tomamos caminos separados porque así es esto, pero siempre tuvimos una muy buena relación", dijo por su parte Arellano.

El 2007 fue el año de la separación, casualmente cada uno se fue a jugar a su ciudad natal y el fútbol los hizo coincidir hasta once años después, cuando inician una aventura en el cuadro florense. Una historia digna para este 14 de febrero que se celebra el Día de la Amistad.

"Juntos éramos una pareja explosiva, vieras", dice Landín entre risas, advirtiendo que no bromea con lo que fueron aquellos años.

Con una sonrisa en la cara, Omar recuerda los vacilones de las concentraciones y otros momentos fuera del campo. Son un un montón de anécdotas que ahora pueden revivir, aunque muchas no se puedan contar en público.

"Una vez nos nos pasó (jugando para la selección olímpica) con Chucho (Jesús Ramírez) en Centroamericanos, que nos quedamos dormidos como tres veces y pasábamos llegando tarde a las charlas. Los cambios de hora nos jugaban en contra", recordaron.

Omar no oculta que la presencia de Luis Ángel fue un plus para tomar la opción del Team, aunque hubo otras cosas en el panorama que lo hicieron vestirse de rojiamarillo.

"Ese equipo en el que jugamos marcó época en México, nos tocó el chance de estar en ese momento con un gran entrenador como el profe Meza. De mis 18 a los 20 tuvimos una época muy importante, esa experiencia nos sumó mucho", explicó Arellano.

Ahora en el 2018, ambos quieren repetir aquellos buenos tiempos y ya nada se los impide porque Omar tiene listo su permiso de trabajo y por eso puede debutar cuando el técnico Jafet Soto lo decida.

"Ojalá, ojalá se repitan esos tiempos, Omar es un muy buen jugador que nos puede ayudar muchísimo", explica Landín.

"Me gusta filtrar balones a los compañeros para que queden de cara a gol, es una de las cosas que siempre busco", agregó Omar

Afuera de la cancha ya empezaron a recuperar el tiempo perdido, Luis ya llevó a Omar a conocer a su familia, mientras que Arellano espera que en las próximas semanas lleguen su esposa y sus hijos, para armar la reunión completa.

Sergio Alvarado

Sergio Alvarado

Periodista de La Teja, especializado en deportes. Graduado de la Universidad Internacional de las Américas.

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