La Selección Nacional de Costa Rica firmó uno de los fracasos más grandes al no poder clasificar al Mundial, luego de jugar la eliminatoria “más fácil de la historia”.
Igual que la mayoría del país, me dolió mucho la eliminación y también tengo mucha cólera por todo el daño que le hicieron al equipo de todos, pero créanme que tengo mucha más vergüenza por la actitud que han tomado algunos colegas de la prensa deportiva por no clasificar a la cita mundialista.
LEA MÁS: Vea las fotos más tristes de la eliminación de Costa Rica del Mundial
Insultos, ofensas y comportamientos dignos de fanáticos de cantina han sido parte del lamentable repertorio que nos han dejado en estos últimos días algunos periodistas. Y no menciono nombres, no porque “me dé miedo”, sino porque soy de la creencia de que a las pachucadas no se les hace eco.
Al final de cuentas, el fútbol es un deporte en el que se puede ganar, empatar y perder, pero ninguno de esos tres posibles resultados justifica que un profesional se pase a la gradería de sol para escupir improperios contra los futbolistas, los técnicos, dirigentes o contra quien se les ocurra.
Informar, no insultar
Nuestra responsabilidad es informar, no pedir renuncias, ni mucho menos faltarle el respeto a un técnico por no alinear bien, o a un futbolista por centrar mal.
Y sí, sí podemos criticar, pero con altura, sin ataques personales ni revanchismos.
Titulé esta columna como “Opinión impopular” porque sé que a muchos aficionados les encanta ese estilo, tan de moda en todos los ámbitos de nuestro país, que con tal de complacer a ese público, destruye lo que sea.
Ojalá los colegas que no supieron mantener la compostura en estas circunstancias, recapaciten, y si definitivamente no pueden hacerlo, que se quiten el saco y crucen la delgada frontera que existe actualmente entre la redacción y la gradería.