Han pasado 15 años desde que el exfutbolista Jhanny Flores dejó las canchas; sin embargo, el exdefensor de Liberia Mía disfruta del fútbol de una manera distinta.
Flores, quien se proclamó campeón nacional con el equipo guanacasteco en el 2009, reparte su tiempo administrando una cancha sintética que tiene en El Carmen de Goicoechea, su familia y un proyecto que inició gracias a un trabajo de la universidad y que hoy es una iniciativa consolidada en el país.
Jhanny y su compañero Harold Villalobos son los encargados del proyecto de fútbol para amputados y desde hace 10 años se encargan de la organización del torneo local y, gracias al crecimiento de esta disciplina, el próximo año se organizará en Costa Rica una Copa del Mundo, en la que participarán 24 países.
Flores, de 47 años, compartió con La Teja para hablar de esta iniciativa, su amor por el equipo pampero y cómo ha sido su vida alejado de las canchas.
LEA MÁS: José Saturnino Cardozo reconoce que tiene ofertas para dejar Liberia
La vida después del fútbol
—¿Qué ha sido de la vida de Jhanny Flores desde su retiro?
Tengo 15 años de haberme retirado y en la actualidad tengo una cancha sintética en El Carmen de Goicoechea y desde hace 10 años estoy con el proyecto de Fútbol para Amputados, una iniciativa que me demanda mucho tiempo y en esto trabajo junto con mi compañero Harold Villalobos.
Tengo dos hijos, que ya están grandes. Kevin tiene 24 años y trabaja en una zona franca, y Allison, de 19 años, estudia. Ellos disfrutan mucho del fútbol, pero no son liberianos, son liguistas.
Y estamos corriendo para organizar el Mundial de Fútbol para Amputados, que será el otro año en Costa Rica.
LEA MÁS: El “Macho” Acuña cuenta cómo superó el cáncer y por qué ve a la Liga más fuerte que nunca
—¿Cómo se inició este proyecto?
Este proyecto nació en la universidad; yo estudié educación física y estaba llevando una materia sobre problemas de aprendizaje y había que presentar un trabajo, y junto con Harold decidimos hacer algo sobre fútbol para amputados; era un tema que habíamos visto en videos.
Este fue un proyecto ganador y ahí comenzamos; en el país no existían equipos para amputados y, gracias al apoyo de muchas partes, ya hemos sido campeones centroamericanos. Hay equipos conformados por hombres, mujeres y niños, en todas partes del país.
Hemos ido a cinco campamentos europeos con los chicos y para el Mundial vienen siete países africanos, siete europeos, cuatro asiáticos, tres del área de nosotros y tres suramericanos.
—¿Cuál es la mayor satisfacción de trabajar con este sector de la población, abrirles un espacio?
El fútbol me ha dado muchas cosas, logré salir campeón y demás, pero lo que estoy viviendo ahorita no lo cambio por nada, el poder darles oportunidades a personas que han pasado dificultades, que han pasado momentos duros, difíciles, y darles herramientas para poder integrarse en la sociedad, poder volver a practicar un deporte y verles la alegría en su rostro, reflejada en sus caras de poder compartir con personas de igual a igual.
LEA MÁS: ¡De los guantes a las ollas! Leonel Moreira nos habla de su pasión por la cocina y el estudio
Además, podemos dar charlas en escuelas, colegios y nos emociona ver a los jugadores firmar autógrafos, ser reconocidos entre la gente y es lo más importante, porque son personas, con capacidades diferentes y eso no los excluye de la sociedad. Actualmente, hay más de 100 personas que practican este deporte, que es el deporte paralímpico con mayor crecimiento en estos años.
Muchos de ellos no se imaginaban que, después de perder un brazo, una pierna, podrían volver a practicar deporte ni mucho menos representar a Costa Rica en un torneo internacional.



