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Taxista al que chocó Kevin Briceño: “Creen que pueden hacer lo que quieren por ser famosos”

Fabio Marín fue este jueves al estadio Saprissa a exponer una supuesta amenaza que le hizo el nicoyano a su hija

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Don Fabio Marín, de 45 años, aún se siente enojado por la forma en que, según él, se portó Kevin Briceño, portero de Saprissa, después de chocarle su carro el miércoles por la mañana en Calle Blancos.

El vecino de Escazú reconoce que el jugador nicoyano le pagó ¢80 mil para los arreglos del bumper; sin embargo, su molestia fue porque dice que lo hizo a la fuerza, sin reconocer su error y, además, asegura que le escribió a su hija por Facebook para ofenderla y decirle que, aunque no la conocía, sí tenía amigos que sabían quién era la joven de 25 años.

Esto último hizo que Marín fuera este jueves en la mañana a exponer la situación a la gente de Recursos Humanos de la casa morada, en la Cueva.

Briceño se sacudió de estas acusaciones desde el mismo miércoles en una publicación en Instagram.

“Llegué a un acuerdo con el señor taxista, le cancelé los daños y listo. Seguí mi camino al entrenamiento. Da la casualidad que salgo del mismo y veo una publicación que dice cosas totalmente FALSAS. En ningún momento fui altanero ni malcriado, más bien el señor era el que me estaba gritando y faltaba el respeto", es parte de lo que escribió en redes.

“Como se lo dije (a Kevin), yo que soy saprissista, la gente no sé si es que no piensa o cree que es mejor hacer las cosas como a ellos les parece. Él me pagó, de mala manera, pero me pagó.

“En dos días que traté a este muchacho (Kevin Briceño) me di cuenta que es una persona sin valores. Creen que pueden hacer lo que quieren por ser famosos", indicó Marín, quien por esas cosas de la vida es fiel seguidor del Monstruo.

¿Qué pasó?

Marín contó que el miércoles en la mañana él iba subiendo por Calle Blancos con su Toyota 2009, iba a doblar en la esquina de la antigua Motorola, en las cercanías de Amazon, y el semáforo estaba en verde, por lo que él tenía la vía.

“Vienen bajando los carros del sector de la Coca Cola y veo un carro que viene muy rápido, yo paso despacio y siento que el carro que viene (el de Briceño) le va a seguir dando (gas), entonces me colisiona en el bumper izquierdo”, dice el taxista con 20 años de experiencia.

Marín paró el carro, puso las luces intermitentes y cuando se bajó reconoció al portero, quien le dijo, según su testimonio: “Diay, pero usted va muy despacio”, a lo que don Fabio le respondió que él llevaba la vía y por eso podía ir a la velocidad que quisiera.

“Briceño me dice: ‘ni lo toqué’. Yo le dije que se bajara, que viera el bumper golpeado, le pregunté qué cómo hacemos, que si iba a pagar el arreglo o llamábamos al tráfico para hacer el trámite formal”, recordó Marín.

Cuenta don Fabio que el morado le respondió que iba a pagar el arreglo, pero que movieran los carros porque estaban haciendo presa, a lo que el taxista no aceptó, porque así no funcionan las cosas en un choque.

Briceño al parecer no hizo caso, movió el carro unos metros, se parqueó y le preguntó al escazuceño cuánto costaba el arreglo, a lo que le respondió que ¢100 mil, calculando que la pintada saliera en ¢60 mil y ¢40 mil, además de lo que iba a perder al no poder trabajar mientras el chuzo estaba en el taller.

“Kevin me dice que el arreglo no vale ¢100 mil, que vayamos a su taller, le digo que hagamos el parte y vamos al taller, pero dice que no puede porque va para el entrenamiento. Le digo que arreglemos y responde que me va a dar ¢80 mil", indicó el aficionado morado.

Marín cuenta que le pidió la plata de una vez, no obstante, Briceño contestó que no andaba efectivo, ni tarjetas, entonces el arquero resolvió hacer una transferencia bancaria por el sistema SINPE; sin embargo, dice que la cosa cambió a partir de ese momento.

"Me voy al carro y en eso se va (Kevin en su carro), lo persigo hasta Lotes Volio, lo alcanzo y le atravieso mi taxi y como no tengo problema en decirlo, le hablo gritado, me puse malcriado. Le dije que si estaba jugando de vivo conmigo y me dice que yo estoy haciendo un drama.

“Le digo que cuál si es una colisión y mientras eso pasaba Jaylon Hadden estaba de espectador (en el asiento del acompañante). Le digo que manda huevo y eso que uno es saprissista y él me dijo: ‘ni a mí me importa Saprissa, ¿le va a importar a usted?’", señaló el taxista.

Hay que recordar que el mismo miércoles, el portero negó en su cuenta de Instagram haber dicho esas palabras sobre el equipo que le paga e insistió que el ofendido había sido el.

Dice don Fabio que al ver a Hadden, también futbolista de la "S", le pidió que aprendiera de eso que estaba pasando para que supiera lo que no se debía hacer.

En ese instante, el conductor asegura que Kevin mencionó que más bien había sido Jaylon el que le dijo que se fueran del lugar del choque.

A partir de eso, Marín le dijo algo a Hadden que, como él mismo piensa, seguramente lo ofendió.

“Le dije (a Hadden) que si así resolvían las cosas en Limón y me respondió: 'a mí no me venga a enjachar, yo sí me le meto a la casa, usted a mí no me conoce’ y yo le dije: '¡qué malote!”, recordó el taxista.

Para no hacer largo el cuento, Briceño realizó ahí mismo la transferencia de los ¢80 mil a don Fabio, al que le llegó un correo electrónico confirmando que recibió el dinero.

“Me quedé con mucha rabia porque esas no son maneras, no se tenía que llegar a eso para arreglar, ni tenía que pagar el mismo día. Si consideraba que era mi culpa (el choque), que no lo fue, se podía hacer el parte y si quería pagarme, se podía conciliar de otra manera”, comentó Marín.

Don Fabio le dijo a Briceño y Hadden que seguro pensaron que por ser futbolistas y atletas se iban a aprovechar de ese “viejo”, pero ninguno le contestó nada.

Con la hija

Después del feo momento, Marín le contó todo a su hija , María José Marín, de 25 años, y la muchacha, muy indignada, le dijo que lo iba a publicar en Facebook, algo en lo que él estuvo de acuerdo.

"MALA ACTITUD de dos jugadores de Saprissa. Colisionaron con el carro de mi papá, quedaron en algo y cuando mi papá se montó al carro se dieron a la fuga, mi papá los persigue y logra alcanzarlos... Kevin Briceño se baja del carro siendo malcriado y Jaylon Hadden le dice: aquí no venga ‘enjachando’ porque yo sí me le meto a la casa. Mi papá le dice a Kevin: soy saprissista, no te pongas en esas.

“Kevin Briceño dijo: ni a mí me importa Saprissa, le va a importar a usted. Al final Kevin Briceño pagó, pero solo porque mi papá logró alcanzarlos. Kevin Briceño y Jaylon Hadden NUNCA aprendieron lo que es tener VALORES”, escribió Marín en Feis el miércoles.

El tema se hizo viral, Briceño dio su versión de los hechos en su Instagram, algunos criticaban a la muchacha y otros al futbolista, al punto que alguien denunció la publicación de Marín y Facebook la eliminó.

No obstante, según cuenta don Fabio, el morado le escribió un mensaje privado a su hija por Facebook y hubo uno que al señor le preocupó y por eso decidió ir este jueves al estadio.

“En un mensaje Kevin le escribe a mi hija: ‘a usted no la conozco, pero sí tengo amigos que la conocen’ y manda un pantallazo de un amigo de él, no sé quien será, que le dice en tres renglones cosas ofensivas a ella y hasta le dice que ella juega fútbol sala, hecho que es verdad porque fue subcampeona con Desamparados y esté en la selección”, señaló Marín.

Marín contó que este jueves, cuando visitó las oficinas moradas, lo hizo para que alguien lo escuchara, no por lo del choque, sino por la amenaza y ofensas hacia su hija.

“Cuando estoy ahí, al frente de la recepción de Saprissa, entra Kevin Briceño y dice: ‘¡Qué mae más necio! ¿Ya no le pagué?’.

“Le dije que cómo estaba, que no andaba ahí para hablar con él, insistió que seguro voy a seguir de necio, que él tiene como testigo a Jaydon Hadden. Le insistí que no iba a hablar con él, que iba a hablar del mensaje que le puso a mi hija”, recordó el afectado.

Ante eso, cuenta que Briceño respondió que ese mensaje se lo habían compartido a él, que alguien se lo mandó y después de eso se fue de la recepción.

En Saprissa, una mujer llamada Paula atendió a don Fabio, le dijo que iban a ver el tema a lo interno y se dejó los números de teléfono del taxista por cualquier cosa.

“El problema no era con mi hija, si Kevin tuvo el valor de escribirle a mi hija, le hubiera pedido el número de teléfono mío y me llama, pero prefirió seguir ahí y tratar de ofender o sentir muy mal a mi hija”, indicó el señor.

Marín comentó, en son de broma, que si el que lo hubiera chocado hubiera sido el portero manudo Patrick Pemberton, habría sido un gran colerón, pero lo peor es que fue Briceño, alguien al que apoya por jugar con el club de sus amores.

Karol Espinoza

Bachiller en periodismo y licenciada en Comunicación de Mercadeo. Periodista de Deportes con más de 14 años de experiencia. Integra La Teja desde setiembre del 2006.

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