El técnico de Alajuelense, Óscar Ramírez, salió del primer duelo de semifinales convencido de que su equipo supo sufrir cuando le tocó y responder cuando el partido se puso bravo.
El empate no lo dejó completamente satisfecho, pero sí le confirmó que el grupo está emocionalmente metido en la serie.
Ramírez dijo que estos partidos son “otra cosa”, con un peso emotivo que condiciona cada jugada. “Estos partidos son un tema diferente. Creo que hemos hablado de que la parte emotiva es importante”
“Liberia creció con el penal. Hicimos un planteamiento diferente, dejamos ciertas zonas para aprovechar. Ellos tuvieron sus momentos, pero rescato la rebeldía del equipo”, explicó.
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Bajas que pesan en la Liga
El técnico manudo reveló por qué no contó con Diego Campos, Rashir Parkins y Anthony “Pikachu” Hernández, tres piezas importantes en el esquema liguista.
“En San Carlos, Diego tuvo un problema; Rashir presentó una inconsistencia en la rodilla y Pikachu tuvo una molestia en el muslo. Ojalá lo tengamos, porque ha sido muy consistente”, señaló.
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A pesar de eso, Ramírez destacó a los jugadores que entraron a meter el equipo al frente con las variantes en el segundo tiempo.
“Lo que nos da el empuje final son Tristan Demetrius, Joel Campbell y Alejandro Bran; ellos nos dan la energía”, afirmó.
Lo que espera en la vuelta en el Morera Soto
El entrenador sabe que el duelo del sábado será igual de exigente y que el equipo llega con desgaste, algo que reconoce como parte del proceso.
“Ojalá podamos hacer valer la localía. Salimos de un partido complicado y veo que se nos dará algo muy similar. Anotar primero será importante… es clave el arranque del juego”, apuntó.
La serie quedó totalmente abierta, y la Liga deberá mostrar en su casa ese empuje y rebeldía que tanto resaltó su técnico.
