Cuando era un adolescente, Raúl Lacayo se propuso tener un auto clásico y muchos años después, a punta de esfuerzo, pudo darse el gustito que quería.
Este vecino de Desamparados deseaba un carro antiguo, porque le evocaba la época del rock and roll que se veía en algunas películas y que tanto le gustaba, y desde hace tres años es el orgulloso dueño de un Dodge Dart 1974, toda una joya americana.
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Don Raúl contó que fue muy paciente, pues el carro lo vio por primera vez hace 10 años, pero en las manos de un compañero de trabajo.
“Mi compañero lo usó un tiempo, luego lo tuvo que dejar de usar, por varias razones y le faltaban cositas. Yo le había dicho que me gustaban los autos clásicos, y él lo tuvo en una cochera varado, por mucho tiempo, y siete años después me ofreció vendérmelo y, por supuesto, que acepté.
“Es el primer auto clásico que tengo y, de momento, el único, porque la inversión que hay que hacer para tenerlos es importante. Recuerdo que lo compré en 600 mil colones y he gastado mucho más en su restauración y en repuestos, pero me propuse tenerlo en un estado lo más original posible y,poco a poco, lo voy logrando”, dijo.
Don Raúl trabaja en un banco y agregó que el tener el Dodge es parte de un sueño cumplido. Trabajó mucho para tenerlo y cada vez se fue enamorando más de él, al punto de que le da un uso casi que diario.
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“Cuando lo compré estaba entero en cuanto a la carrocería, pero sí hubo que traer algunas piezas desde Estados Unidos y hacerle trabajos al motor, a la pintura y uno de mis hijos me ha ayudado con esto de conseguir las piezas.
“La bomba de agua costó $26 (₡13 mil), pero para traerla tuve que invertir ₡50 mil y así ha sido con otros repuestos, porque todo debo traerlo todo desde allá“, destacó.
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Una joya
Don Raúl contó que cuando compró el Dodge tenía un color más oscuro, tipo marrón, y quiso hacerle un cambio, para refrescarlo.
Ahora, su carrito tiene un tono rojizo, el motor y los radiadores fueron sustituidos y el techo es negro.
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“Le reparamos algunos aspectos de la carrocería, como la corrosión, pero básicamente, lo dejamos igual a como lo compré. El motor es de 3.700 centímetros cúbicos y tiene una particularidad. Se llama Slant Six, que se caracteriza por su diseño inclinado a 30 grados, lo que le permitía tener un perfil más bajo y caber en compartimentos de motor más compactos.
“Los asientos son de color rojo, le puse una pantallita para darle un toque moderno, pero el dash, la agarradera y el volante se conservan tal cual”, destacó.
Este enamorado de su vehículo contó que tiene un pick-up y usaba poco el clásico, pero cuando lo maneja roba miradas y ahora le gusta sacar pecho con su carrito.
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“A la gente le gusta tomarse fotos, verlo, porque tiene un aire que evoca a las épocas del rock and roll, un momento de la historia que me gusta mucho. Me siento muy cómodo cuando lo manejo y, por supuesto, me han ofrecido comprarlo.
“Un día me dijeron que me lo compraban en 7 millones de colones, pero no está en venta. Lo puse a nombre de mis hijos y sé que nos puede rendir por unos añitos más. La verdad es que me siento más que satisfecho por cumplir este sueño. Su apariencia elegante me da vitalidad y me siento feliz porque pude emprender este proyecto”, afirmó.
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