El Novelón

Incendio tuvo a joven a las puertas de la muerte, pero la venció para escribir una historia inspiradora

Santos Bonilla es un valiente joven que cumplió el sueño que tenía desde niño: formar parte del Cuerpo de Bomberos

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Esta es una historia inspiradora que merece ser contada, así se puede describir lo que ha sido la vida de Santos Bonilla Aragón hasta la fecha, pues este valiente joven venció a la muerte, a pesar de que muchos dudaron de que pudiera hacerlo y, además, cumplió el gran sueño que siempre tuvo desde niño.

Santos es lo que muchos llamarían un milagro viviente, pues cuando tenía casi tres años sobrevivió a un voraz incendio que arrasó por completo su casa y le causó graves quemaduras en el 97% de su cuerpo.

Bonilla contó que la situación fue tan grave que incluso varios médicos le dijeron a su mamá que las posibilidades de que sobreviviera eran mínimas, sin embargo, ella nunca perdió la fe de que Santos se recuperaría.

“Incluso en un cierto punto le dijeron a mi mamá que me desconectaran, pero ella no quiso y aquí estoy, viviendo gracias a ella y a Dios”, dijo el joven.

En la historia de Santos también se dio la intervención de unos “ángeles” muy importantes para él, se trata de unos bomberos que lo rescataron a él y a su mamá de las llamas en su casa.

Esa gran admiración por esos héroes con cascos fue lo que forjó el más grande sueño de Santos: convertirse en un bombero, y gracias a su esfuerzo y cosas del destino, actualmente forma parte de esa institución.

“Algunos se ponían a reír y todo, lo normal, pero siempre hubo personas que me dijeron que sí era lo que quería, que le pusiera ganas y eso fue lo que hice”, contó.

La vida de Santos cambió para siempre la noche del 28 de junio del 2005, cuando apenas tenía casi tres años y vivía junto a su mamá y otros familiares en una casa ubicada en barrio Luján, en San José.

“Cuenta mi mamá que yo estaba en la casa con ella junto a mis hermanos y familiares. Habían llegado a poner un cilindro de gas a la casa y aparentemente lo pusieron mal, entonces el gas se empezó a esparcir por toda la casa”, dijo Bonilla.

Según lo que le han contado sus seres queridos, esa noche alguien llegó a encender la cocina, lo que provocó que las llamas se esparcieran a lo largo y ancho de la vivienda.

Doña Lesbia del Carmen Aragón, mamá de Santos, pudo sacar a su hijo menor, que para ese entonces tenía ocho meses, pero cuando regresó por Santos se encontró con que las llamas tapaban todos los caminos.

“Dice mi mamá que cuando ella regresó por mí había una llama que nos separaba y que yo por buscarla a ella me metí dentro de las llamas. Mi mamá dice que ella perdió el conocimiento y que luego solo recuerda cuando ya estábamos afuera, porque los bomberos nos habían rescatado”, detalló.

Tras ser rescatado del incendio que se desató en su casa, el pequeño Santos fue llevado al Hospital Nacional de Niños y en ese centro médico fue donde inició la lucha más importante que ha enfrentado hasta el día de hoy.

“Estuve ocho meses en coma y ahí fue cuando le dijeron a mi mamá que me desconectara. Entre todos se recogió plata y luego me trasladaron a Estados Unidos para que me trataran y como a los tres días de estar allá le avisaron a mi mamá que ya estaba bien, fuera de peligro, y me devolvieron para acá”, contó.

Santos logró derrotar a la muerte, pero no salió ileso de esa difícil batalla, pues a raíz del incendio sufrió graves quemaduras en casi todo su cuerpo, sin embargo, estas heridas pueden ser vistas como las cicatrices de un valiente guerrero.

“Yo tengo quemaduras de tercer grado, que suceden cuando la piel se quemó tanto que perdió sensibilidad, entonces uno no siente cuando alguien lo toca; tengo quemaduras de primero, segundo y tercer grado en el 97% del cuerpo. Perdí parte de los dedos de las manos y de la pierna derecha, por esa razón es que yo uso prótesis”, detalló.

Bonilla dijo que él no notó un cambio en su vida, pues para ese momento era muy pequeño, además aseguró que pese a las marcas que le dejó el incendio a lo largo de su vida se ha visto rodeado de personas de gran corazón que siempre lo han aceptado con los brazos abiertos.

“Como estaba muy pequeño no recuerdo mucho, pero recuerdo que los Bomberos junto con el Hospital Nacional de Niños hicieron un video cuando ingresé al kínder, explicándoles a los chiquitos que iban a ser mis compañeros qué me había pasado y por qué yo estaba así, más que todo para poder integrarme a la sociedad.

“Recuerdo que ni en el kínder, ni en la escuela ni en el colegio sufrí bullying, más bien fue muy bonito porque había gente que ya me conocía, entonces era muy vacilón, porque las personas me recibían muy bien”.

El incendio también marcó la vida de Santos en el sentido de que a partir de ese hecho se forjó su más grande sueño: convertirse en uno de los bomberos que le salvaron la vida a él y a su mamá.

“Cuando estaba pequeño, tal vez con unos seis o siete años, recuerdo que don Héctor Chaves, el director general del Cuerpo de Bomberos, llegaba mucho a mi casa, siempre llegaban las máquinas y carros de Bomberos, entonces siento que todo eso empezó por ahí, al ver todas las máquinas y a los bomberos creció ese anhelo por trabajar con ellos”, recordó.

Bonilla contó que la figura de don Héctor fue muy importante para él, sobre todo en su infancia, pues el bombero siempre estuvo al pendiente de él y de su familia.

“Recuerdo que de pequeño yo le decía a don Héctor que a mí me gustaría mucho poder trabajar con ellos en el futuro y al final logré conseguirlo, gracias a Dios ahora pertenezco a esta gran institución”.

Esa oportunidad de formar parte de la institución de sus sueños se dio a inicios del año 2022, poco después de que Santos sacó su bachillerato en el Liceo Puente Piedra, en Grecia, Alajuela.

“En la etapa del colegio perdí un poco el contacto con don Héctor, entonces ya casi no nos veíamos, pero por las coincidencias de la vida cuando salgo del colegio empecé a salir mucho en tele y todo eso, más que todo porque en ese momento no contaba con una beca para entrar a la universidad.

“La U Latina me dio una beca del cien por ciento y fue después de eso que don Héctor volvió a contactarme y me preguntó qué quería hacer durante el día, yo le dije que lo que saliera, entonces fue cuando él me ofreció el trabajo”.

A la semana siguiente de esa reunión con don Héctor, Santos ya estaba cumpliendo su sueño de formar parte del Cuerpo de Bomberos, donde se encarga de realizar labores administrativas y de recopilar información de importancia para la institución.

“El sueño que tenía era trabajar en Bomberos y gracias a Dios ya lo logré, ahora está pendiente sacar mi carrera que es Ingeniería en Sistemas, que más o menos me queda año y medio para terminar.

“Mi anhelo desde pequeño era trabajar con los bomberos, obviamente por temas físicos uno sabía que no podía ser bombero tal cual, pero trabajar para la institución sí se puede”.

Santos contó que la clave para alcanzar sus metas y nunca rendirse ha sido agarrarse fuerte de Dios y de sus seres queridos, pues ellos en muchas ocasiones le han dado las fuerzas necesarias para seguir adelante.

Adrián Galeano Calvo

Adrián Galeano Calvo

Periodista de Sucesos y Judiciales en el periódico La Teja desde 2017. Cuenta con un bachillerato en Relaciones Públicas de la Universidad Latina y una licenciatura en Comunicación de Mercadeo de la UAM. En el 2022 recibió el premio a periodista del año del periódico La Teja.

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