Dos toros que estarán en Zapote son sinónimo de bravura y peligro para los improvisados

Un toro que cuando arranca es letal y otro que se vuelve loco en la arena pondrán en muchos aprietos a los toreros improvisados de Zapote, en las tradicionales fiestas de fin y principio de año.

En un mes inician las corridas taurinas en el redondel josefino y ya las ganaderías confirmaron cuáles son los cachudos que llevarán al ruedo.

Destaca la presencia de “El Sarampión”, de la ganadería 3X de don Heriberto Abarca, que tiene fama de bravo, veloz y traicionero.

Ese mismo animalote fue el que corneó en la pierna derecha, en mayo de este año, a Luis Gómez Chavarría, más conocido como “El Diablo”, quien lamentablemente perdió la extremidad por una bacteria que se le metió en la herida.

Según datos del estadígrafo del redondel, Álvaro Zamora, el cachudo participará por segunda vez en Zapote, pero hasta ahora llegará con ese cartel de muy peligroso.

“Cuando el toro agarra a algún compañero se va ganando el respeto de los improvisados. Probablemente cuando yo anuncie que ese es el siguiente toro, ellos van a recordar que ese fue el que agarró al Diablo y al Profe (Deivy Grijalba) ese mismo día, entonces seguro que se le van a quitar”, aseguró el ramonense.

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Eso mismo piensa el improvisado Erick Chaverri, quien tiene 27 años de experiencia en esa arena.

Para él, hay dos opciones cuando lo tengan de frente: que le anden de lejos o que busquen tomar venganza por lo que le hizo a su compañero.

“Ya uno sabe que es un toro ceñido, entonces o se reta para burlarlo o se le tiene respeto. Todos ya sabemos que a ese tipo de toros lo caracteriza su rapidez porque pueden cruzar la plaza en dos momentos”, dijo.

Chaverri asegura que que El Sarampión pasó a la historia el día que embistió al Diablo y al Profe.

“Ese día estampó la firma como un toro bravo, como lo fue el Malacahuite, el Coloradilla o el Espartano, que supieron jugar en cualquier plaza y ganarse el respeto, por eso no hay que quitarle los ojos de encima”, agregó el valiente torero.

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Otro cachudo al que habrá que tenerle mucho respeto será al Alboroto, de la ganadería Santa Marta de José “Chemi” Jiménez, que hace dos años en un sola corrida levantó a 11 improvisados, imponiendo un récord en la arena de Zapote.