En una lata y aún con su envoltura. Así encontraron los conservadores del Fideicomiso del Patrimonio Antártico un pastel del frutas horneado hace más de un siglo.
Las condiciones fueron tan favorables que los expertos aseguran que “huele y se ve casi comestible”.
La organización incluso cree saber a quién pertenecía el postre. Según señalan en su página web, sería propiedad del británico Robert Falcon Scott, quien en los años 1910 y 1913 realizó una expedición en el lugar.
Las excelentes condiciones del postre permitieron determinar que fue hecho por la empresa Huntley & Palmers. Según las investigaciones del Fideicomiso, Scott documentó que llevó consigo durante su viaje esta particular marca de pastel.