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Álvaro Ramos: El valiente niño con problemas auditivos que ahora lidera la CCSS (video)

El presidente ejecutivo de la CCSS cuenta como logró cumplir sus metas pese a su discapacidad

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Álvaro Ramos Chaves, el actual presidente ejecutivo de la CCSS, tiene una historia de vida que inspira y llena de positivismo a todo el que la conoce.

Él nació con una gran discapacidad auditiva, pero gracias al apoyo de su familia y a su gran capacidad de aprender, así como el esfuerzo y la disciplina que lo han caracterizado toda la vida logró cumplir sus metas, las cuales incluían sacar un doctorado en economía en Berkeley, una de las universidades más prestigiosas del mundo, fue el primer sordo en lograrlo.

Su conocimiento lo ha llevado a desempeñarse como viceministro de Hacienda en la administración de Laura Chinchilla; superintendente de pensiones entre el 2015 y 2020 y hasta antes de ser nombrado en la CCSS trabajó en la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

El economista, de 38 años, conversó con La Teja y nos contó cómo logró cumplir su metas pese a tener una discapacidad.

— ¿Qué tan seria es su discapacidad auditiva?

No sabemos muy bien cuál fue la causa de mi sordera, pero creemos que se trató de algo congénito, tengo hipoacusia severa en el oído derecho y profunda en el izquierdo. Una conversación normal de una persona ocurre aproximadamente a 50 o 60 decibeles y cuando una persona grita lo hace a unos 80 decibeles, mi pérdida en el oído derecho es de 60 decibeles, entonces una persona hablando normal no la oigo del todo y una persona gritando la oigo como un susurro, en el oído izquierdo ni siquiera escucho la persona gritando.

— ¿En qué etapa de su vida entendió que tenía una condición diferente?

Uno va tomando conciencia de que algo es diferente cuando es niño y se cae en cuenta de que le es mucho más difícil aprender que a los demás, el estudio se vuelve algo delicado y uno siente una barrera grande a la hora de comunicarse con la gente, en ese contexto el refugio mío fueron los libros porque aprendí a leer desde muy pequeño, yo prefería no tener que hablar mucho con la gente, prefería leer.

— ¿En algún momento pensó que su limitación le iba a impedir cumplir sus sueños?

Tuve la fortuna de que sabiamente mis padres me fueron llevando a lugares donde siempre tuve mucho apoyo de las personas a mi alrededor, sobre todo educadores. El momento en el que, tal vez, me preocupé un poco por si iba a enfrentar una barrera, fue cuando me fui a California a sacar el doctorado en la universidad de Berkeley porque mi inglés escrito es muy bueno, así como la lectura, pero escuchar en inglés es dificilísimo para mí, entonces lo que hicieron fue darme un estenógrafo (una máquina que permite escribir a una gran velocidad) y eso me ayudó mucho. Pensé: “ok, me metí en esta bronca de llevar un doctorado en otro idioma con un problema serio de audición y vamos a ver cómo sale”, pero todo salió bien, por dicha.

— Usted aprendió a leer a los dos años y medio, sacó la nota máxima en el examen de admisión de la UCR y sacó doble 800, las notas máximas en el examen GRE que le permitió ir a estudiar el doctorado a Estados Unidos. ¿A qué le atribuye su éxito en los estudios?

Siento que se debe al reconocimiento de patrones que es algo que hago siempre, por ejemplo, para comunicarme. Cuando hablo con alguien voy construyendo una conversación en mi mente, anticipando lo que me van a decir y voy cambiando la palabra que pensé que dirían por la que realmente me dijeron porque aún con los audífonos escucho realmente poco, así interpreto lo que la gente me dice. También a la inteligencia analítica, porque desde pequeño sentía la necesidad de analizarlo todo y en eso ayudó mucho mi pasión por la lectura.

— ¿En algún momento sufrió discriminación o bullying por ser sordo?

No, nunca, si sufrí algún tipo de discriminación fue más por lo que popularmente llamarían ser nerdo. Me parece que en Costa Rica la gente es muy tolerante de las discapacidades, pero no tanto a mis temas de conversación que probablemente cuando era muy joven, seguro, parecían aburridísimos entre las personas de mi edad (sonríe).

— ¿Qué siente que se debe mejorar en Costa Rica para facilitar la vida de las personas con discapacidad?

Aunque los ticos tienen buena disposición hacia las personas con discapacidad, institucionalmente hacen falta muchas articulaciones, por ejemplo, siempre he visto un poco extraño que cuando quieren que una persona sorda entienda un mensaje que se pasa por televisión pongan un traductor de señas, cuando la población adulta mayor que se va quedando sorda no conoce ese lenguaje, podrían poner también subtítulos como hacen en otros países.

Otro ejemplo es el apoyo que le da o podría dar el Estado a una familia que tiene un miembro con discapacidad, en mi caso mi mamá dejó de trabajar varios años para ayudarme en mi proceso de aprendizaje, pero no todas las familias pueden darse ese lujo, en muchos hogares el que una persona deje de trabajar podría hacer la diferencia que en haya o no comida sobre la mesa.

— ¿Cuánto pesa el apoyo familiar para que una persona con discapacidad pueda salir adelante?

Es fundamental, recuerdo que, por ejemplo, cuando yo estaba muy pequeño iba varias horas al día a la escuela Centeno Güell, pero el resto del día era mi mamá la que reforzaba todo lo que yo había aprendido. Mis papás siempre se preocuparon por mi aprendizaje y por darme lo mejor y eso hizo una diferencia gigante.

— Dicen por ahí que usted anda muy enamorado ¿Que significa Cristie (la esposa) en su vida?

(Sonríe de nuevo) Ella es mi otra mitad, siempre pensé en llegar a formar una familia, vengo de un hogar donde me dieron mucho amor y quiero replicar eso. Tuve una adolescencia bastante solitaria, tal vez porque mis prioridades era diferentes a las de la mayoría de mis amigos, tenía la cabeza en otro lado. Fue hasta la universidad que tuve varios noviazgos, pero con Cristie fue algo tan raro, me fascinó desde el principio, cuando la conocí siempre tuve muy claro que ya había encontrado con quien quería compartir el resto de mi vida.

— ¿Qué significa para usted ser papá?

Yo no puedo evitar ser muy analítico en cada aspecto de mi vida, siempre he pensado que hay decisiones que le cambian a uno la identidad, una es casarse o elegir compartir la vida con alguien bajo cualquier modalidad, y la otra es ser papá. He sido muy feliz con Cristie, pero el momento en el que me pusieron en brazos por primera vez a Mariana, mi hija mayor, yo pensaba, “no lo puedo creer, esto es mío”, es un lazo que no se puede romper nunca y significa una responsabilidad enorme saber que mi esposa y yo decidimos traer al mundo a ese ser humano.

Después tuvimos otra hija: Fátima, y es maravilloso verlas crecer. He leído sobre si las cosas se traen de nacimiento o son por la crianza y me ha quedado clarísimo que el temperamento es algo que se trae, Mariana es una niña mucho más extrovertida, mucho más charlatancilla y Fátima es más seria, más analítica y uno va viendo esas personalidades tan marcadas desde los primeros meses de vida.

Álvaro Ramos cuenta que todos los días le hace el desayuno a su familia

— ¿Siente que el tener una discapacidad le ha permitido desarrollar una sensibilidad especial que influye en su trabajo?

Sí, pero creo que todos somos vulnerables a nuestra manera: se es vulnerable cuando se tiene una discapacidad, cuando se tienen limitaciones económicas, cuando se envejece y se deja de valer por si mismo y ahí entran las políticas públicas que es el tema que a mí me apasiona, porque por medio de ellas se le puede dar una mejor calidad de vida a las personas.

— ¿Cómo se ve en el futuro?

No sé, sí tengo bastante claro que quiero hacer estos próximos cuatro años, cuando termine aquí quiero sentir la satisfacción de que pude llevar a la Caja por un sendero que haga que la gente confíe más en ella, que la fortalezca.

Después de eso me gustaría retomar la parte académica, también siempre me hizo mucha ilusión escribir un libro sobre desarrollo económico y nunca he podido porque siempre se mete algo en el camino, pero me gustaría seguir con esas cosas.

Rocío Sandí

Rocío Sandí

Licenciada en Comunicación de Mercadeo de la Universidad Americana; Periodista de la Universidad Internacional de las Américas, con experiencia en Sucesos, Judiciales y Nacionales. Antes trabajó en La Nación y ADN Radio.

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