Chancho de la rifa de Alajuelita siempre terminó en chicharrones

Un minuto de silencio por el chancho de la famosa rifa de Alajuelita, que en paz descanse. 

Pues sí, nos toca informar que el animalito, el cual le dio la vuelta al mundo por la forma en la que lo rifaron,  terminó en una sabrosa chicharronada el domingo 3 de setiembre, o sea, este lunes se está cumpliendo el novenario. 

Así se lo confirmó a La Teja José Alexis Víquez, dueño del cerdito.

Víquez nos contó que hizo una fiesta en su casa, en la Finca los Peña, en San Juan de Dios de Desamparados y  como necesitaba el espacio donde tenía al chanchito para meter a otro animal, no le quedó de otra y se lo mandó sabroso.

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Alexis añadió que él estuvo tratando de darle tiempo a un grupo de veganos (gente que no come carne) que lo había  contactado para salvar al cerdito; sin embargo, parece que se hicieron los chanchos,  porque no volvieron a aparecer. 

Los veganos le habían ofrecido a Víquez comprarle al chancho en ¢60 mil   para salvarle la vida y utilizarlo como un símbolo del veganismo, o sea, lo querían regalado.

Por eso Alexis les dijo que jamás les podía vender el chancho a ese precio ya que el animalito, el día que lo mataron, rondaba 120 kilos.

De hecho, era tanta la carne que salió del cerdito que el día de la fiesta hicieron la chicharronada entre los ocho compas, este sábado hicieron frijoles blancos con cerdo, vigorón, pozol  y dice Víquez que aún le quedó carne.

"Me quedó una pierna, otro pedazo y unas chuletas, pero estaba riquísimo", contó.

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Aunque es dueño de una chanchera y está acostumbrado a ver morir sus animales, dice que la partida de este chancho le llegó un toque... pero cuando se lo comió todo se le olvidó.

Pésame

Dar una noticia de una muerte nunca es fácil, pero a La Teja le tocó dársela a Alonso Salinas, presidente de la Asociación de Desarrollo de la Chorotega, en Alajuelita, y autor intelectual de la graciosa rifa. 

Salinas quedó impactado con la noticia porque nos dijo que no se había enterado, pero que también entendía que era parte de la vida del chancho. 

El cerdito se hizo famoso cuando en La Chorotega sacaron a la venta una rifa donde el primer premio era un chancho sin una pierna y el segundo era una pierna de chancho.

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El tercer premio era una botella de ron, pero de eso casi nadie se acuerda.

La rifa se hizo tan famosa que La Teja dio a conocer que los tiquetes habían ido a dar a Nueva York, en Estados Unidos, precisamente por el vacilón que generó. En España también se habló del asunto.

La fe de mucho  era que una misma persona se pegara los dos primeros premios para que no mataran al animal, y aunque fueron dos ganadores distintos, todo daba a parecer que el cerdito tendría salvación.

Y al final resultó que el primer y segundo lugar del premio se pusieron de acuerdo para que les dieran plata y el promotor de la rifa no comprara el animalito. Lo que pasa es que se les olvidó el gran detalle de que al no comprar el chancho,  el dueño en cualquier momento lo convertiría en chicharrones como al final sucedió.

Así que eche para su saco, porque en esta vida lo único cierto es que a todo chancho le llega su Navidad.