Es imposible, durante estos días, que la que pasa por los bulevares de San José no se tope en el camino con un simpático y divertido Colacho de un metro y noventa centímetros que se pasea por esos lugares para alegrar a los más pequeñitos de la casa.
Bajo el traje del gigante de traje rojo y barba blanca que empezó a alegrar la Navidad desde este sábado se encuentra don Enrique Rodríguez, un pulseador que al darse cuenta que tenía una barriga bien hermosa y una alegre nariz en forma de chicharrón decidió pagar a hacer un traje de Colacho a la medida y se tiró a pista. La anda pulseando.
No cobra un cinco. La gente se le arrima, lo saluda y se toman fotos, pero si alguna persona desea darle alguna moneda él lo recibe con mucho gusto. Este Colacho nos contó que los niños la tienen claritica, ya que se le acercan de una vez a pedirle lo que quieren para Navidad.
“La crisis provoca que uno saque buenas ideas, así que no lo pensé mucho. A falta de trabajo formal, llegan este tipo de ideas. Comencé con muchas dudas por cómo me iba a tratar la gente, pero la verdad se han portado lindísimos, a este Colacho solo cariño le han dado, en verdad que me levanto con mucha alegría.
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“También es bien simpático ver cómo reaccionan los niños ante un Santa tan grande, al principio se asustan, pero como el personaje es tan querido, rápido entran en ambiente y más bien no se quieren despegar. Hay niños que me agarran la mano para que me vaya a la casa con ellos”, comentó este Santa.
A este Colacho gigantón lo ubicamos este lunes cerca de la escultura de La Chola y tuvimos que esperar un poquito para conversar
con él porque la gente hacía fila para sacarse una foto a su lado foto.
Cuando lo dejaron solito le metimos conversación y le preguntamos en dónde vive, pero en eso se arrimó un niño y él sacó la malicia indígena para responder: “en el Polo Norte”. Esa respuesta iluminó la cara de Mathías Said Alegría, quien a sus cinco años no podía terminar de creer que el mismísimo Santa del Polo Norte estuviera a la par de él.
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“El asunto es alegrar corazones, ayudar a que la gente suelte una buena sonrisa entre tanto ir y venir”, aseguró el Colacho, mientras siguió su camino en el puritico centro del bulevar de la avenida Central.