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En Tacacorí de Alajuela bautizaron “Mata Carros” a una calle que es de puro terror

Aseguran que desde hace 30 años el Conavi la tiene en abandono

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¿Puede una calle ser asesina de carros?

Bueno, en Tacacorí de Alajuela y en sitios cercanos están convencidos de que sí y, es más, juran que tienen una de ese tipo más cerca de lo que desearían.

Nadie sabe de quién la idea de mandar hacer un rótulo igualito a los del tránsito (muy bien hecho, por cierto) que como toda información --además de un cortés “bienvenidos”-- tiene en inglés y el español el nombre de la famosa vía: “Mata Carros”.

El rótulo es una advertencia, algo así como “sigue bajo su propio riesgo”. Les adelanta a los choferes que les espera un camino con más cráteres que la superficie de la Luna.

Para muchos vecinos de Tacacorí, Itiquís y Tambor de Alajuela se trata de una ruta sufrida y conocida. Y lo mismo quizás para visitantes extranjeros ya que por la “Mata carros” se puede llegar al volcán Poás; eso explica por qué también pusieron su nombre en inglés, “Car Killer Road”.

En La Teja nos intrigó el letrero y conversamos con José Vianney Guzmán, miembro de la Asociación de Desarrollo de Tacacorí y nos dijo que la calle tiene 30 años de estar prácticamente abandonada por el Consejo Nacional de Vialidad.

“Estaba el presupuesto aprobado y todo listo, según nos habian anunciado ingenieros del Conavi en una reunión que tuvimos para que la repararan en julio del 2021; sin embargo, se vino el escándalo por el Caso Cochinilla (que estalló el 14 de junio del 2021) y se paralizó todo”, dijo Guzmán.

Consultamos al Conavi sobre la situación de esta vía, pero al cierre de edición no nos habían respondido.

Muy transitada

Guzmán asegura que la carretera no está mala, ¡está malísima! Bueno, por algo la bautizaron “Mata Carros”.

Es la ruta alterna de la carretera de Pilas y San Isidro de Alajuela que lleva al volcán Poás cuando la principal debe cerrarse en los inviernos por deslaves de tierra.

“Es un punto de salida de Sabanilla de Alajuela y cubre tres comunidades: Tacacorí, Itiquís y Tambor, hay dos escuelas y colegios sobre esa y conecta con la carretera principal que va a San Pedro de Poás”, explicó don José.

La carretera tiene ahora tantos huecos que no hay forma de capeárselos. Cuando los choferes creen que se salvaron de uno, ya cayeron en otro.

Fijo para el taller

Alguien que da fe de cuánto cuesta transitar por la “Mata Carros” es Rónald Quirós, un vecino de Tuetal de Alajuela cuya novia vive en Tacacorí y cada vez que va a marcar es un martirio para su carro.

“Tengo un automóvil y he sentido la diferecia porque he tenido que llevar a arreglar las rótulas un montón de veces. Yo le comento a mi novia que es increíble esa calle, todos los dias hay un hueco nuevo y hay lugares en los que no hay cómo capeárselos. Es frustrante”, dijo Rónald.

Quirós se pregunta desde ahora cómo van a hacer en el invierno --y ojalá de noche-- porque va a ser imposible no irse en un hueco.

La última vez que Ronald debió llevar su carro al taller fue hace cuatro meses y tuvo que desembolsar ¢140.000. En una ocasión lo tuvo que llevar a pintar porque se fue en un hueco de la desastrosa calle y se le raspó el bumper delantero, algo que les pasa a muchos más.

“Los taxis y los buses ya no quieren ni entrar por lo mala que está la calle. Y desde hace un año ni para bachear los huecos han mandado, entonces está fatal”, agregó Guzmán, el miembro de la Asociación de Desarrollo.

Por cierto, Guzmán tiene un taller mecánico en la zona y nos cuenta que muchos vecinos llegan a menudo a arreglar sus chucitos por problemas en los compensadores, las rótulas y la caja de dirección, que se les dañan por obra de la “Mata Carros”.

“Un día de estos tuve una reunión con el dueño de los buses que brindan servicio a la comunidad y me dijo que se les dañan unas hojas a las unidades, que no hay en el país y debe pagar a hacerlas hechizas y eso deja fuera de servicio buses por varios días mientras los reparan, algo que afecta la continuidad del transporte”, comentó Guzmán.

Más tiempo

La “Mata Carros” mide apenas 7 kilómetros, pero según dice Carlos Arend López, vecino de Carrillos de Poás y quien el sábado la recorrió, son siete mil metros de pura tortura.

“Tenía tiempo de no pasar por ahí, pero qué va, me embarqué. Quedé sorprendido del estado en el que está, es un completo asco”, dijo.

Eso sí, agradeció que cuando pasó aún no era tan tarde, fue como a las 5 p.m., porque asegura que si hubiera sido de noche y con los carros del carril contrario encandilándolo, se habría ido en muchos más cráteres.

Don Carlos agregó que lo que normalmente, en una calle buena, le habría tomado ocho minutos, en la tristemente famosa “Mata Carros” le llevó como veinte. Hay que ir midiendo cada movimiento, haciendo más calćulos que en un examen de matemáticas.

Karen Fernández

Karen Fernández

Periodista con una licenciatura en Producción de Medios. Forma parte del equipo de Nuestro Tema y tengo experiencia en la cobertura de noticias de espectáculos, religiosos, salud, deportes y nacionales. Trabajo en Grupo Nacion desde el 2011.

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