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Familia está dolida por la forma en la que murió viejita de 96 años en el CAIS de Desamparados

La señora tenía una enfermedad respiratoria y un nieto la llevó al centro médico debido a una crisis de salud

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La familia de una adulta mayor de 96 años que murió en el CAIS de Desamparados, está muy dolida porque siente en el centro médico pudo haber hecho algo más por la adulta mayor.

Una familiar de la señora contó a La Teja la situación y pidió que no se mencionaran los nombres de los involucrados para respetar la privacidad y el momento de dolor que están viviendo.

El hecho se dio el miércoles 28 de junio en la noche, cuando la adulta mayor tuvo una crisis de salud, ella estaba en Aserrí y un nieto llegó a recogerla para llevarla al CAIS. Decidió llevarla en su carro porque siempre que llaman la ambulancia tardan mucho, entonces no quisieron jugársela.

La adulta mayor padecía una enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), también era diabética e hipertensa. No era la primera vez que se ponía mal por su situación respiratoria, pero siempre había podido superar las crisis.

Ese día cuando el familiar de la paciente llegó con ella a la Marcial Fallas, se parqueó frente a la puerta de emergencias (por donde ingresan las ambulancias) y le pidió al guarda una silla de ruedas porque la señora tenía dificultad para caminar, pero el vigilante le dijo que no había, que tenía que caminar.

El hombre le pidió permiso para que su abuelita pudiera ingresar por la puerta de emergencias para que no tuviera que caminar tanto, pero el guarda le dijo que no, que tenía que dar la vuelta y así lo hicieron.

Tuvo que dejarla solita

Cuando llegaron a la sala de espera el hombre escuchó que lo llamaron por los parlantes para que moviera el carro que había tenido que dejar atravesado para acompañar la abuelita hasta el interior de la clínica.

“Muy acongojado salió dos minutos a quitarlo y le dijo en broma a la abuelita: ‘Ita no se me vaya para ningún lado’ y ella con risa entrecortada le respondió: ‘¿para dónde me voy a ir, muchacho’?

“Cuando él volvió Ita estaba agonizando en la silla en la sala de espera. Se le cayó al suelo y la tuvo que levantar con la ayuda de otros pacientes. Falleció unos minutos después en sala de shock. No tenía ni la hoja de puerta abierta”, relató la allegada a la familia.

El doloroso hecho tiene indignados a los familiares de la adulta mayor, ya que no pueden evitar preguntarse si quizá hubiera superado la crisis, como lo había hecho en el pasado, si no la hubieran hecho caminar tanto.

“La mayoría de las personas, incluyendo el oficial de seguridad, no saben que unos metros en un corazón debilitado y con los pulmones enfermos, equivale a una prueba de esfuerzo, que puede no aguantar.

Ella dijo además, que no es posible que un guarda se limite a decir que no hay sillas de ruedas, a su parecer debió haber buscado una camilla o alguna otra solución para que la viejita no tuviera que esforzarse tanto debido a su delicado estado de salud.

Empatía y consideración

La mujer dijo con mucho dolor que es necesario que en estos casos los funcionarios de centros médicos tengan empatía y consideración para con los pacientes y sus familias.

“Parece obvio atender con especial cariño y consideración a una adulta mayor de 96 años que además viene enferma, pero estoy convencida que el sentido común es el menos común de los sentidos.

“He pasado muy enojada y muy dolida de que mi familia haya tenido que pasar por esta situación tan lamentable y tan inhumana. Sabemos que el final de Ita probablemente iba a ser el mismo, pero el cómo es muy importante.

“Solicito que se haga un reconocimiento de la situación y una disculpa pública a la familia doliente y que se intervenga el personal para capacitarlo y crear conciencia sobre estos temas y así estas situaciones no vuelvan a suceder”, agregó la familiar de la paciente.

La familia presentó una queja en la Contraloría de Servicios del centro médico para que se investigue la situación y se establezca si los protocolos se llevaron a cabo como correspondían.

“Quisiera que esto no pasara nunca más. Es necesario ser empático y sensible con los pacientes.

“Además, los funcionarios, aunque todos trabajen por el bienestar de los usuarios, no pueden asumir funciones para las que no están formados, pienso que en este caso el oficial de seguridad debió haber llamado a un médico para preguntarle cómo proceder”, agregó la allegada.

La Teja solicitó a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) su versión de los hechos, pero al cierre de la nota aún no había respuesta de la institución.

Rocío Sandí

Rocío Sandí

Licenciada en Comunicación de Mercadeo de la Universidad Americana; Periodista de la Universidad Internacional de las Américas, con experiencia en Sucesos, Judiciales y Nacionales. Antes trabajó en La Nación y ADN Radio.

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