EscucharEl juzgado penal de Desamparados giró este martes en la tarde una orden de captura internacional contra el sacerdote Mauricio Víquez, quien tiene una causa penal pendiente por supuesta violación calificada de menor de edad.
Esto significa que Interpol entra en escena.
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Además de esa causa, el cura enfrenta nueve denuncias canónicas por abuso de menores de edad. Estas son las que investigaría la Iglesia católica desde adentro.
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La oficina de prensa del Poder Judicial confirmó que el juzgado de Desamparados hizo la petición y que el Ministerio Público ya fue notificado.
El cura salió del país el 7 de enero y no ha regresado, según consta en los registros de la Oficina de Migración y Extranjería.
Se supone que el 1 de marzo debe empezar su trabajo como profesor en en la Universidad de Costa Rica, donde da un curso sobre técnicas de investigación documental y el taller de Ciencias de la Información; sin embargo, pidió un permiso, sin goce de salario, desde el 4 de marzo hasta el 31 de diciembre.
Cabe recordar que el caso judicial en su contra prescribe en septiembre de este año.
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Para ese permido alegó problemas de salud, pero la Vicerrectoría no se lo dio porque no dio documentos que lo respaldaran.
Lo del sacerdote trae cola.
El 20 de agosto del año pasado se destapó el tamal. La Conferencia Episcopal informó que se investigaban tres casos de abusos sexuales en contra del cura. El primero de esos casos se denunció el 15 de mayo del 2018.
Entre los acusadores estaban Michael Rodríguez y Anthony Venegas, quienes aseguraron haber sido abusados sexualmente por el sacerdote cuando eran menores de edad.
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El 21 de agosto del 2018 Gabriel Alonso Castro, líder de la organización gay Ticosos y miembro activo del Movimiento Diversidad habló en exclusiva con La Teja sobre encuentros sexuales que mantuvo con Mauricio Víquez.
Los encuentros habían ocurrido doce años atrás.
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En marzo de 2016 la Arquidiócesis de San José decidió separarlo temporalmente de las labores pastorales de la Iglesia católica luego de que grupos gais denunciaran que, en público, predicaba contra las parejas del mismo sexo mientras en privado mantenía prácticas homosexuales.
En una entrevistada publicada por La Nación en marzo del 2016, el sacerdote aceptó que mantuvo conversaciones de contenido sexual con hombres.
El 30 de noviembre del 2018 la Curia Metropolitana confirmó que recibió seis denuncias más contra del sacerdote, todas por abusos.
La denuncia penal trascendió el 5 de febrero de este año, cuando un hombre lo acusó ante la Fiscalía Adjunta de Asuntos de Género por el supuesto delito de violación calificada.
El acusador aseguró que los hechos ocurrieron cuando él era menor de edad.
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