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Hágale la cruz a costumbres ticas que afectan el corazón

Salir a mejenguear el fin de semana y luego tomarse unas birritas no es algo que le ayude a cuidar su salud

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Mucha gente en Tiquicia suele decir: “Luego de una mejenga nada mejor que echarse un par de birritas". Otros le meten dulce al organismo con un antojitos de tres leches o torta chilena que da gusto y no son pocos los que hacen actividad física esporádica, sin control médico alguno.

Otros se pasan ocho horas frente a una compu, viajan en taxi o bus del trabajo a la casa, se apretan su buen casado, con chuleta, pollo y gaseosa en la noche y duermen dejando la actividad física de lado, o sea, son sedentarios.

Peor aún, algunos agarran ese sábado y domingo libre para salir a correr, mejenguear o hacer algún ejercicio intenso sin control de ningún experto, aumentando el riesgo de un infarto.

La realidad es muy clara, 5.805 costarricenses fallecieron en el 2013 (dato más reciente según la CCSS) por alguna enfermedad relacionada con el corazón. El Hospital México calcula entre 6 mil y 8 mil las muertes en los últimos años.

Roy Wong, especialista en epidemiología de la CCSS, dijo que la actividad física es un factor protector de la salud cardiovascular, contrario al sedentarismo, que es un factor de riesgo.

Una de la prácticas más comunes del tico es el famoso "tercer tiempo" . Es cuando el grupo de amigos, algunos pasaditos de peso y otros entraditos en años, se reúne en torno a una mejenga en cancha rápida y juegan una hora generalmente y los más atrevidos se mandan hasta dos.

Luego, como la gran gracia, se toman dos, tres, cuatro cervecitas mientras conversan del partido, de las doñas o de la Liga, Saprissa o Heredia. Algunos incluso, se fuman un blanco.

“Eso es un absurdo. Es el momento en que el corazón es más vulnerable. Está acelerando un proceso (infarto) que debería presentarse a los 70 años. Pero hemos visto a gente infartada a los 26”, explicó el cardiólogo Luis Gutiérrez, del Hospital México.

Otra situación que a los ticos les encanta y está dañando el corazón es tomar refrescos gaseosos, por la gran cantidad de azúcar que contienen.

“Una botella de una gaseosa puede contener hasta 1.800 calorías que es toda la energía que necesita el organismo en un día y no le está aportando ningún nutriente. Obstruye las arterias y engorda a la persona, lo que es un factor de riesgo”, explicó Gutiérrez.

Y ni qué hablar de las bebidas energizantes, que son un bombazo a nuestro órgano vital.

"Producen arritmias y taquicardias y la gente cree que sube el rendimiento. Eso es mentira, más bien lo puede bajar. Ninguna persona debe tomar de eso", añadió Gutiérrez.

Hay quienes pasan la semana bajo la presión del trabajo toda la semana y al llegar el finde toman como si se fuera a acabar el guaro. Ese es el tipo de bebedor que se expone a un infarto.

Según un estudio de Patrones de Consumo de Bebidas Alcohólicas de la UCR, realizado para Educalcohol, una tercera parte de la población entre los 18 y 24 años que trabaja, tiene ese comportamiento de riesgo.

También el exceso de grasa puede generar obesidad y una práctica común en Tiquicia es acompañar el licor con bocas de chifrijo, costilla de cerdo y bistec encebollado. “Son alimentos grasosos y generalmente con mucho carbohidrato, que también aceleran el proceso de un infarto”, dijo el doctor Luis Diego Quesada, otro cardiólogo.

Para Gutiérrez, la peor práctica del tico es la nula prevención.

“Somos malos para revisarnos. Deberíamos hacerlo una vez al año y si queremos hacer ejercicios, saber dónde estamos parados. Verificar cómo estoy de azúcar, del colesterol, de triglicéridos. Hay que erradicar eso de no revisarse”, dijo Gutiérrez.

Franklin Arroyo

Franklin Arroyo

Periodista egresado de la Universidad Federada. Integra el equipo de Nuestro Tema de La Teja. Trabajó en el Periódico Al Día, corresponsal del diaro Marca para Centroamérica y editor de la revista TYT del Grupo Eka.

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