Murió Randall Gamboa, el hombre que se fue a Estados Unidos en busca de un mejor futuro y fue devuelto al país por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en estado vegetal.
La familia del costarricense confirmó la muerte y agradeció el apoyo recibido durante los días en los que él luchó por su vida.
Un allegado a Randall contó que desde el miércoles los médicos dijeron a los familiares que lo mejor era que llegaran al hospital de Pérez Zeledón a despedirse.
Ese mismo día, los familiares más cercanos se reunieron en el centro médico para tener un momento especial con Randall y luego se turnaron para que él no estuviera solo ni un solo momento.
Ahora, el cuerpo de Randall será llevado a la Medicatura Forense, en San Joaquín de Flores, Heredia, para que le hagan la autopsia, un paso fundamental para esclarecer lo que le habría pasado a él en Estados Unidos.
“Hay exámenes que los médicos tenían que hacerle, pero no pudieron porque su condición no lo permitía. Había que hacerle biopsias, había que hacerle otros análisis que no se lograron, pero bueno, ya una vez que se dé su partida se le puede hacer directamente una autopsia”, agregó el allegado antes de que falleciera.
Cancillería no les ha dado respuestas
Los familiares del costarricenses están muy dolidos y hasta molestos con la Cancillería porque, aunque siempre que contactan la institución, los funcionarios se muestran atentos y educados, no les han dado las respuestas que tanto necesitan.
“Responden a la familia con una educación impresionante, ya incluso saben que está en los últimos momentos de su vida y les enviaron un abrazo solidario, pero la respuesta de qué fue lo que le pasó en Estados Unidos no las tiene, ellos dicen que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), que fue el que detuvo a Randall, no les responde”, añadió el allegado a la familia.
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La familia de Randall tiene muchas preguntas
El costarricense volvió al país el 3 de setiembre pasado. Randall vivía en Estados Unidos y trabajaba como operador de maquinaria pesada, pero en diciembre de 2024 fue arrestado por el ICE. Una semana después logró comunicarse con su familia.
Él estuvo detenido en el condado de Webb (Texas), desde donde podía hacer videollamadas varias veces al día. De esa forma, mantenía informada a su familia sobre los procesos judiciales a los que asistía. Pero el 12 de junio pasado, la comunicación se cortó.
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“De un pronto a otro se nos desapareció. Lo llamábamos a esa aplicación desde donde nos hacían las videollamadas, pero decía que él no estaba disponible. Empezamos a movernos, a llamar para preguntar por él, pero nos lo escondían”, relató Greidy Mata, hermana de Randall, días después de que el costarricense regresara al país.
“Nos decían que él no quería hablar con nosotros. Fui a la Cancillería y del guarda no me dejaron pasar, pero insistimos, prácticamente los acosamos y luego nos dijeron también que, supuestamente, mi hermano no quería tener contacto con nosotros, eso les decían las autoridades estadounidenses, pero sabíamos que había algo extraño”, agregó en esa ocasión.
Ante la incertidumbre, la familia buscó ayuda. Una amiga estadounidense de Randall, llamada Georgia, contactó a una abogada para que investigara. En agosto llegó la noticia que temían.
“Ella logró encontrar a mi hermano y lo que nos dijo fue: ‘Lo encontré apenas vivo’. Estaba en un centro médico, en cama, en estado vegetativo, con una encefalopatía, una rabdomiólisis y un sinfín de padecimientos”, narró Greidy.
Los familiares del costarricense movieron cielo y tierra hasta que lograron que Estados Unidos lo deportara, desde entonces ha estado internado, en condición muy grave.
La Teja consultó a la Cancillería si la entidad está haciendo alguna investigación para determinar qué fue lo que le pasó a Randall en Estados Unidos, estamos a la espera de la respuesta.




