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Solo en 2019, Uber evadió impuestos por 383.640 millones de colones

Buscando evitar que los atraparan, Uber intentó echar al agua a sus propios conductores con las deudas en impuestos que ellos tenían

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“Nuestra estructura del impuesto de sociedades es, en términos puramente políticos europeos, el talón de Aquiles de la empresa”, escribió Mark MacGann, el principal relacionista público de Uber en Europa, al jefe del departamento fiscal de la empresa a principios de 2015.

En aquel momento, los reguladores europeos acorralaban a Apple, Amazon y Google, acusando a los titanes tecnológicos estadounidenses de competencia desleal y abuso de acuerdos fiscales ventajosos.

Los ejecutivos de Uber, la empresa que permite pedir un carro con conductor desde una aplicación, temían que ellos pudieran ser los siguientes.

A medida que ampliaba su presencia en todo el mundo, el gigante del transporte por carretera había ideado formas de ahorrar millones de dólares en impuestos, mandando los beneficios a través de Bermudas y otros países de baja o nula presión fiscal.

Según una estimación del Centro Internacional para el Impuesto de Sociedades, la Responsabilidad y la Investigación (CICTAR, por sus siglas en inglés), Uber evadió al menos 556 millones de dólares (aproximadamente 383.640 millones de colones) en impuestos a escala mundial en 2019.

En un correo electrónico enviado a otros directivos, MacGann declaraba que compartir información sobre los ingresos de los conductores podría “contener” las demandas de las autoridades fiscales, o sea, para que no pescaran a la empresa, ellos echaban al agua a sus propios conductores con la información que tenían de ellos.

Al hacerlo, Uber podría “evitar la ampliación de la investigación a otros países y otros asuntos fiscales (corporativos)”, escribía.

Estos correos son parte de Uber Files (Uber Archivos), más de 124.000 documentos filtrados al diario The Guardian y compartidos con el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés) y sus medios colaboradores: el periódico El País y el programa de televisión La Sexta, en España.

Más de 180 periodistas de 44 medios han analizado los archivos, que abarcan de 2013 a 2017 (Uber llegó a Costa Rica en agosto del 2015), fechas en las que Uber se estrenaba en decenas de ciudades pasando por encima del marco legal, sin permisos, evitando pagar impuestos, enfrentándose a la industria del taxi y exigiendo a conductores precarios y sin licencia facturaciones cada vez mayores para conseguir más beneficios.

Nosotros le consultamos a Uber-Costa Rica un criterio sobre los Uber-Files, pero no nos han respondido.

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