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Temas de Familia: Barras de fútbol y familia

La psicóloga María Ester Flores explica cómo controlar las emociones para vivir el deporte sanamente

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Barras de Fútbol y Familia

Cuando las familias se disponen a ver un partido de fútbol en la tranquilidad de su hogar, es normal que las emociones salten, identificándose cada uno con su equipo.

Sin embargo, a lo largo de la historia de este deporte, se ha comprobado que muchas veces conviven la diversión y la violencia. Se sabe que la gente va a los estadios no sólo a apoyar como aficionado sino que muchos aprovechan para desahogar traumas y dolores individuales, familiares y sobre todo la frustración social en lo económico o las injusticias que como pueblo no pueden resolver.

Ante tal impotencia, como grupo se dan el permiso de insultar a los jugadores y a los árbitros. El sentimiento es compartido de manera global. Aceptado y aprobado. Así poco a poco se convierte en una verdad absoluta.

La psicología de las masas señala que en este punto, ya con las mentes hipnotizadas, se convierten todos en una sola nebulosa, la cual funciona sin ética ni moral. Es una especie de anestesia que da placer, como una droga.

Fluyen hipnotizados con una fuerza impresionante. El poder de la masa humana, desprotegida de su consciencia individual, los lleva a golpear, humillar o matar sin remordimiento ni reparo alguno. Es a los días que volverán en si, sufriendo por lo que realmente pasó.

¿Cómo cambiar? Cambiando percepciones desde lo más profundo del alma. Si se le da un valor diferente al fútbol, una meta diferente, que es la diversión y compartir alegría. Trabajar en los hogares el despertar de la consciencia individual para ser más fuertes que un grupo con falsos ideales, en este caso la violencia. Aprender a mantener un sentido más crítico de la vida incluyendo el fútbol. Sentir orgullo cada día por ser buena persona.

¿Dónde comenzar? En la familia. Educar para construir percepciones de solidaridad humana cada vez que se va a compartir con grupos o masas de gente. Aprendiendo a salirse de los focos de violencia. Huir de gente tóxica. No dejarse influir. Ser siempre uno mismo, satisfecho de si, con grandes rasgos de auto estima y amor a si mismo.

¿Qué pueden hacer los clubes deportivos? Fomentar una cultura de paz. Invertir en propagandas para las barras sobre una base de paz. Premiar a la creatividad y al compañerismo con acciones y concursos sanos. 

Juntos sí se puede. Por una Costa Rica donde siempre vivan “EL TRABAJO Y LA PAZ”

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