El nombre de Costa Rica resonó con fuerza en el ámbito científico regional gracias al desempeño excepcional de dos estudiantes de secundaria.
Durante la octava edición de las competencias regionales realizadas recientemente en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, República Dominicana, la delegación nacional cosechó los máximos honores, reafirmando la calidad educativa del país en ciencias exactas.
La joven Kristen Solís, de tan solo 16 años, se alzó con la medalla de oro, convirtiéndose en un orgullo para la nación.
Por su parte, Lynn Knight, de 17 años, complementó el éxito del equipo al obtener la presea de plata.
Ambas demostraron que el talento joven costarricense tiene la capacidad de competir y triunfar al más alto nivel internacional frente a sus pares de la región.
Preparación académica de rigor
La destacada participación en la Olimpiada de Biología (OLCECAB) es el resultado de un riguroso proceso de selección y entrenamiento coordinado por las Olimpiadas Costarricenses de Biología (OLICOCIBI).
Este esfuerzo es articulado por las universidades públicas adscritas a Conare, el Ministerio de Educación Pública y el Ministerio de Ciencia, lo que garantiza transparencia y excelencia académica.
La misión estuvo liderada por académicos de la Escuela de Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional, quienes además formaron parte del jurado internacional.
Para las autoridades educativas, ver a mujeres en la ciencia ocupando los primeros lugares es un indicador vital del fomento de vocaciones STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) en las nuevas generaciones.
Más que una competencia
Aunque los trofeos son importantes, el objetivo principal de estos encuentros es el desarrollo integral de los estudiantes.
José Pereira, coordinador de la iniciativa nacional, enfatizó el valor pedagógico del evento: “Más allá de las medallas, la participación en las OLCECAB constituye una experiencia profundamente formativa. Estas olimpiadas no son simples certámenes académicos: son espacios donde se cultivan competencias esenciales para el siglo XXI”.
Según los expertos, estas vivencias detonan el interés por la investigación y el servicio a la sociedad.
Además, se anunció que Costa Rica ha sido elegida como la sede para la edición de 2026, lo que representa una vitrina para exponer el compromiso nacional con la sostenibilidad, la biodiversidad y la educación de calidad ante la comunidad internacional.

