Un tesoro recuerda el patronazgo de la Negrita

El libro más chineado en el archivo de la Asamblea Legislativa, por ser el más viejito en el lugar, es una recopilación de decretos y órdenes que se dieron en nuestro país entre 1824 y 1826. El libro es una edición de 1886.

Algo que destaca al leer esas páginas, que sueltan un olor a papel viejito, es que apenas el tercer decreto es el que establece a la Virgen de los Ángeles, cuya fiesta se celebra este miércoles, como patrona de Costa Rica.

"La Virgen de los Ángeles Madre de Dios y Señora nuestra es y será en lo sucesivo la Patrona del Estado de Costa Rica", se lee en el decreto del 24 de setiembre de 1824.

"Es de los libros que más cuidamos y de los chineados. Ya tiene 131 años,  pero hemos podido conservarlo en un buen estado. No tiene restricción para el que quiera venir y verlo. Lo que no recuerdo es que alguien de la Iglesia viniera a verlo",  contó don Leonel Núñez, director del departamento de Archivo de la Asamblea Legislativa.

En el archivo del Congreso, un edificio ubicado en Los Yoses, San José,  guardan miles de documentos que cuentan parte de la historia de nuestro país.  Actas, archivos,  libros y más, son bien conservados en cajas especiales,  que a la vez se colocan en unos enormes archiveros.

El Congreso Constituyente del Estado de Costa Rica, instaurado el 6 de setiembre de 1824, fue el que decretó el patronazgo de la Negrita.

"Llama la atención que el primer decreto que no tiene que ver con la formación del Congreso ni con el lugar donde se va a instalar sea sobre hacer a la Virgen patrona del Estado", explicó el historiador Arnaldo Moya.

El historiador Franco Fernández explica que para ese momento el culto de la Virgen de los Ángeles ya se había extendido mucho en el territorio nacional,  por lo que era normal que se tomara una decisión de estas. La Negrita vino, por decirlo de una forma, a sustituir al apóstol Santiago, que era la devoción más fuerte en nuestro país en tiempos de la colonia,

Este Congreso también tuvo la tarea de hacer una Constitución Política,  según la normativa de la Federación Centroamericana. Según las normas, este órgano lo tenían que formar entre 11 y 21 diputados. 

Una amplia colección.

En ese archivo se conservan muchos otros  tesoros que marcaron la historia de Tiquicia.

Otra de las reliquias que resguardan ahí son las actas originales de la Asamblea Nacional Constituyente de 1949. En los tomos se recogen cada una de las reuniones desde el día uno hasta el 7 de diciembre de ese año, cuando se promulgó nuestra actual Constitución Política. 

Cada una de las actas están escritas con una muy bonita letra cursiva y destacan las firmas de personalidades de la época como   Luis Alberto Monge Álvarez, quien más tarde fue electo presidente de la República (1982-1986).

También custodian todos los expedientes legislativos con las leyes que se han promulgado desde 1950. Son más de 8.000 expedientes, pero no crea que son unas cuantas páginas, algunos de estos son varios tomos, como el el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos,  que son 130 enormes libros. 

Todos los expedientes de proyectos de ley que no les fue bien, ya que no fueron aprobados, también están guardados en ese lugar. Son casi 15 mil de esos documentos. 

Incluso tienen grabaciones en VHS de las sesiones en el plenario legislativo. 

El lugar es un paraíso para la gente que le cuadra la historia.