Rafael Omar Pérez Valdés, de 65 años, el doctor asesinado de manera brutal en su propia casa en Trejos Montealegre, Escazú, tuvo una vida de lucha, pasó hambre en su natal Cuba y terminó cumpliendo una gran promesa a su mamá en Costa Rica.
Una historia de inspiración para los que lo conocieron, que aún no creen que “Rafita”, como le decían de cariño, haya sido víctima de la maldad y la violencia que golpea el territorio costarricense.
Una vida marcada por lucha y talento
Una amiga de él, que prefirió mantener su nombre en el anonimato, le contó a La Teja que conoció a Rafael por ser también un artista visual.
En Cuba, Rafael fue militar para poder estudiar medicina; él les contó que pasó hambre y que, junto con una amiga que estaba en iguales condiciones, decidieron casarse solo para que les regalaran un queque y algo para comer.
“De su vida hacía una historia, de sus necesidades, con lo que nos contaba nos hacía reír”, señaló la amiga.
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Un nuevo comienzo en Costa Rica
El doctor logró viajar y quedarse en Costa Rica, país que adoraba.
“Rafa tenía más de 30 años de vivir en Costa Rica, él amaba este país y no extrañaba Cuba, pero sí a las personas que seguían viviendo ahí por las necesidades que él sabía se pasaban”.
“Él contó que vino porque tenía un amigo con el mismo apellido y pidieron en Migración la residencia por vínculo; ya era médico, no podía ejercer, empezó siendo conserje en un asilo de ancianos y allí lo ayudaron para que trabajara y así lograra convalidar cada materia”, manifestó la allegada.
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La promesa cumplida a su mamá
Logró cumplirle la promesa a su mamá y cuidarla hasta el final.
“Cuando se vino de Cuba dejó a la mamá y le prometió que apenas tuviera dónde dormir se la traería a Costa Rica; luego pidió traerse a su mamá y tratarla como una reina”, recordó la amiga de Rafael.
Cada año viajaba a su tierra y las maletas las llevaba cargadas de comida, pero dejó de ir al ver cómo le quitaban la comida cuando llegaba al aeropuerto; sintió que lo perseguían y, con dolor, dejó de viajar.
El doctor también llegó a dar consulta de medicina general gratis en su casa como una manera de agradecimiento para el país.
“Dijo que tenía su consultorio porque le debía mucho a Costa Rica y tenía que devolver eso de alguna manera”.
Rafael era un hombre lleno de historias y siempre sacaba sonrisas a quienes lo conocían.
“Él pasó tanta necesidad, que cuando ya estuvo bien económicamente no veía a la gente para abajo; él chineaba a las personas que estaban a su alrededor, en su boca no existía la palabra ‘no’, ayudó a quien lo necesitara”, detalló.
Al doctor lo encontraron sin vida la tarde de este martes 2 de diciembre por sus propios familiares que lo llegaron a buscar.
El OIJ confirmó que la víctima fue hallada dentro de una habitación; a él lo maniataron y tenía múltiples golpes en la cabeza.


