Perla Morena Lagos Oporta era una madre soltera de una bebé de pocos meses. Le ilusionaba verla crecer y tener los medios para sacarla adelante, especialmente porque contaba con un trabajo en un centro de llamadas.
Fue, precisamente, en ese empleo donde conoció a un hombre de apellidos González Acuña, señalado como el principal sospechoso de arrebatarle la vida al asfixiarla.
Doña Nubia Oporta, mamá de Perla, conoció a González y asegura que nunca confió en él; sus actitudes le decían que algo no estaba bien. Aunque intentó advertírselo a su hija, Perla no la escuchó.
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La relación que terminó en tragedia
González no es el papá de la hija de Perla. Tenían aproximadamente cinco meses de conocerse cuando la joven fue asesinada en una cabina en Río Claro, zona sur de Costa Rica.
La familia de la víctima afirma que el entonces jefe de Perla le pidió que le alquilara un cuarto a González, pues, en apariencia, era familiar suyo e iba a trabajar para la misma empresa. Así se inició una supuesta amistad entre Perla y González, la cual se transformó en romance y luego en una terrible pesadilla.
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El presentimiento que una madre no pudo ignorar
“A mí no me gustaba nada, no pasamos del saludo durante las veces que visité a mi hija. Ellos se iban a trabajar por la mañana y regresaban por la noche.
“Como no me caía bien (se refiere a él), me vine para San José y la dejé un mes a ella sola con él. Pensaba que, tal vez, así ella hacía su vida y yo no estaba estorbando. Le dije que ya tenía ese enamorado y solo me dijo: ‘Nos gustamos, nada más, mami’. Nunca me dijo que tuvieran algo, pero yo sí sabía que estaban juntos”, expresó esta mamá.
Las señales que no le gustaron fueron los objetos que él dejaba y que podían funcionar como armas.
“En la casa siempre me encontraba piedras, garrotes. Alrededor de la casa, debajo de la cama, encontré un puñal. Ella me decía que él tenía traumas; le preguntaba de qué y no sabía responderme.
“Supimos que él había estado en la cárcel en Panamá, pero no sabemos por cuál delito. Siempre le dije: ‘¿No tienes miedo de que te haga algo o a la niña? A mí me da miedo’. Ella solo decía: ‘Yo no le tengo miedo’”, relató.
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Advertencias ignoradas y un final devastador
Perla, supuestamente, lo echó del cuarto que le alquilaba por una presunta violación; sin embargo, esto no ha sido confirmado por las autoridades judiciales.
Mario Lagos, único hermano de la víctima, explicó que un compañero de trabajo fue quien les alertó de la ausencia de Perla, y así descubrieron la fatalidad.
“Ella murió por asfixia, su cara quedó irreconocible, le quebró el pómulo izquierdo. El médico forense me dijo que tenía marcas de zapato en el cuello; al parecer, con el pie la presionaba y se le paró encima”, manifestó Mario con profundo dolor.
De acuerdo con la Policía Judicial, Perla fue asesinada luego de una supuesta discusión con el sospechoso.
“En apariencia, ella se encontraba en unas cabinas con un hombre apellidado González, de nacionalidad panameña, y, al parecer, tuvieron una discusión y el sospechoso le habría provocado traumas en el cuello por asfixia, causándole la muerte”, detalló el OIJ.
Huida, captura y temor a la impunidad
Según la familia, González Acuña cuenta con nacionalidad costarricense y panameña. Huyó al vecino país del sur y allí habría confesado a la mamá lo que había hecho.
El crimen fue descubierto la noche del domingo 26 de octubre anterior en el baño de una cabina en Río Claro, donde el sospechoso alquilaba desde hacía aproximadamente tres meses.
El sujeto fue detenido en Panamá y le impusieron seis meses de prisión preventiva. No obstante, la mamá y el hermano de Perla temen que González quede impune.
“En la Fiscalía nos dijeron que no pueden hacer nada porque, según ellos, es panameño y no lo van a extraditar. Pero él cuenta con doble nacionalidad y solo queremos justicia. Tememos que otra mujer sea víctima de la maldad que sufrió mi hermana”, exclamó Mario.
La Teja consultó al Ministerio Público, pero al cierre de esta nota no habían respondido.



