Sucesos

Mamá de Katia Vanesa lanza flores al mar dos veces al año en homenaje a su pequeña

La mujer se fue a vivir a Puerto Jiménez de Golfito para estar lejos de donde mataron a la niña

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Olga Juárez dice que el dolor que siente porque le mataron a su hija Katia Vanesa González, cuando tenía solo 8 años, no podrá superarlo nunca.

El crimen ocurrió el 4 de julio del 2003 en el barrio Quesada Durán, Zapote, muy cerca de la casa en la que doña Olga vivía con su familia.

La niña apareció en la casa de un vecino, Jorge Edwin Sánchez Madrigal, quien vivía en una vivienda que alquilaba junto a otro hombre. Sánchez fue condenado a 30 años de cárcel en el 2004 por el homicidio de Katia y murió en el 2011 por causas naturales.

La mujer dice que el vivir a pocos metros del lugar donde le arrebataron la vida a su pequeña era una tortura, por lo que en el 2008 se fue a vivir a Puerto Jiménez de Golfito.

“Cada año cuando llega el cumpleaños de mi chiquita (el 16 de noviembre) y el aniversario de su muerte (4 de julio) voy al mar y tiro flores al agua en honor a ella. Katia nació aquí en Puerto Jiménez, parte de los dolores de parto los viví en una lancha cuando iba saliendo de la casa para ir al hospital y por eso aquí me siento cerca de ella”, contó la dolida mamá.

Doña Olga dice que tiene guardada como un tesoro una caja con las cosas que los agentes judiciales le dieron cuando encontraron el cuerpo de su hija.

“Algunas personas podrían decir que es algo macabro el que yo conserve esas cosas, pero a mi me hace bien, siento como si en esa caja estuvieran las cenizas de mi hija.

“Yo no pude verla después de que la encontraron porque ya el cadáver estaba descompuesto, era lo mejor por mi salud mental, pero el tener las cositas de ella me hace sentirla cerca aunque ya no la pueda ver”, agregó.

Logró perdonar

La dolida valiente mujer dice que durante años vivió con odio en su corazón por la muerte de su pequeña, pero asegura que cuando logró perdonar al homicida encontró la paz.

“Vivía amargada, me levantaba de mal humor, sentía cólera, mucha cólera, cuando escuchaba una noticia de una mamá que agredía a un hijo porque mientras yo había perdido a Katia y la extrañaba otras desaprovechaban la oportunidad de amar a sus chiquitos.

“Hace como dos años estuve hablando con un pastor y él me dijo que si yo quería reencontrarme algún día con Katia tenía que perdonar al hombre que la mató y por eso fue que lo hice, me costó mucho, pero lo logré”, expresó.

La muerte de su chiquita no es la única situación difícil que ha tenido que enfrentar Juárez. Años después de irse para Puerto Jiménez el papá de su hija menor se fue de la casa y ella tuvo que armarse de valor y luchar para sacar adelante a su chiquita.

Empezó a trabajar como miscelánea en una empresa que da servicios a varias instituciones y con ese oficio le ha hecho frente a la vida.

“Otra de las cosas duras que he tenido que vivir fue el ataque de un hombre que vivía cerca de mi casa, me quiso violar y matar y yo logré escaparme. Él estuvo preso varios años por lo que me hizo.

“La última prueba que he tenido que enfrentar es que el año pasado me encontraron células cancerígenas y tuvieron que operarme en diciembre.

“Todavía me estoy recuperando de la cirugía y en seis meses tengo que ir a una cita para ver si todo salió bien. Me siento muy esperanzada, espero no tener que ponerme quimioterapia ni nada de eso”, expresó la guerrera.

La mejor terapia

Olga dice que desde hace poco más de un año vive sola, ya que su hija Génesis, quien ya tiene 19 años, se fue a vivir a San José con el esposo.

“Yo me he dado cuenta de que cuando estoy sin nada que hacer empiezo a recordar las cosas duras que he vivido y eso me hace daño.

“Hace unos años estuve trabajando de miscelánea en el Banco de Costa Rica y me di cuenta que hay mucho desecho de papel y decidí hacer algo para reutilizarlo”, recordó.

Un amigo se unió al proyecto y luego de hacer varias pruebas empezaron a hacer macetas de papel reciclado.

“Más que todo es un pasatiempo, necesito tener la mente ocupada y eso me ayuda mucho. Tenemos una página en Facebook que se llama Eco Artes y las personas nos hacen encargos por ahí. Hacemos macetas de distintas formas y tamaños, según el gusto de cada persona”, explicó.

La mujer asegura que ninguno de los golpes que le ha dado la vida le ha dolido tanto como la muerte de Katia Vanesa; sin embargo, lucha todos los días por salir adelante.

“No hay consuelo en el corazón de una mamá a la que le matan un hijo o una hija, menos cuando se trata de una niña inocente, lo único que queda es aferrarse a la idea de que ellos están con Dios en un lugar mejor”, aseguró la mujer.

Rocío Sandí

Rocío Sandí

Licenciada en Comunicación de Mercadeo de la Universidad Americana; Periodista de la Universidad Internacional de las Américas, con experiencia en Sucesos, Judiciales y Nacionales. Antes trabajó en La Nación y ADN Radio.

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