Sucesos

Mamás desaparecidas habrían sido víctimas de la obsesión de hondureño que apareció muerto

La hondureña Lisbany León considera que tiene rasgos con las ticas Kristel Aguilar Ortiz y Nahomy Ramírez Jiménez

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“Él siempre busca muchachas que tengan características que puedan asemejarse a mí”.

Estas son las palabras de Lisbany León Alberto, joven hondureña sobreviviente de la obsesión de su compatriota José Freddy León Valle, quien era buscado en suelo tico por ser sospechoso de la desaparición de las costarricenses Kristel Aguilar Ortiz, de 22 años, y Nahomy Ramírez Jiménez, de 21.

Sin embargo, este sábado 28 de abril las autoridades nicaragüenses le confirmaron a Honduras, al OIJ de Limón y a los representantes del Interpol en Costa Rica, que Luna murió en Nicaragua, al parecer por un accidente en el que sufrió asfixia por sofocación. No detallaron el tipo de accidente.

Lisbany ha seguido el caso de estas dos jóvenes ticas desde Honduras y al ver sus fotos, concluye que hay ciertos rasgos que son semejantes a los de ella.

“Toda mi familia sabe de este caso y me han dicho que es exagerado lo que se parecen las dos muchachas, en la contextura del cuerpo, estatura en ciertos rasgos de la cara, no es que nos parezcamos tanto, pero sí en muchos rasgos.

“La gente me ha dicho: ‘Li, ese hombre está loco por vos’, no sé por qué se obsesionó de esa manera conmigo”, afirma Lisbany.

La joven actualmente tiene 23 años y asegura que los últimos ocho años han sido una tortura tras haber cruzado camino con este sujeto, que era 12 años mayor que ella.

Ella lo conoció cuando tenía 15 años y era capitana de un equipo de fútbol, José Freddy tenía 27 años en ese entonces, estaba casado y se acercó con el fin de dizque ser patrocinador del equipo, pues de profesión es administrador de empresas y trabajaba como gerente de una empresa familiar.

Lisbany asegura que solo salió en tres ocasiones con él, hasta que su familia le aconsejó que lo dejara.

“Yo solo un mes salí, por mi propia voluntad, con él, creo que más bien fueron tres semanas, en las que salí en tres ocasiones con él, luego en mi familia me dijeron que qué me pasaba, porque sabían de mis preferencias sexuales, ya que yo pertenezco a la comunidad LGTB también.

“Creo que lo que hizo ilusionarse conmigo es que creía que a la mala iba a conseguir que a mí me gustasen los hombres, cosa que por más que hizo, no pudo cambiar”, aseguró la muchacha, quien producto de las múltiples violaciones de este sujeto, quedó embarazada y es mamá de un niño de 3 años.

“A mi bebé yo lo amo, él era la luz de los ojos de mi mamá, mi hijo no tiene la culpa del sufrimiento que he vivido”, señala la joven.

Lisbany denunció ante las autoridades hondureñas las agresiones que sufrió por parte de Luna, incluso el 9 de agosto del 2019 el Juzgado de La Ceiba, Atlántida, en materia de violencia doméstica le impuso medidas de seguridad a la joven.

En agosto del 2022 Luna violó las medidas ya que llegó a la casa de ella con un machete y, según el testimonio de ella, trató de violarla frente a su mamá, Amelia León, pero la señora defendió y por eso él la agredió.

Doña Amelia murió el 30 de agosto pasado, al tipo lo debían detener, pero huyó, la historia de esta familia ha sido informada en diversos medios de comunicación de Honduras.

“Sé que no he sido la única víctima de él, otras muchachas se me han acercado para decirme que él las violó y mientras lo hacía las hacía llamar Lis, como mi nombre, ellas no denuncian por miedo, porque él es de una familia con mucho dinero y en Honduras la justicia vale solo si tienes dinero”, exclamó.

Lisbany asegura que incluso en diciembre anterior recibió mensajes que decían: “te estoy viendo”, “te tengo vigilada”, cree que se trataba de Luna y por eso decidió cambiar de número.

Mamá también ha notado los rasgos

Andrea Ortíz, mamá de Kristel Aguilar Ortiz, también ha notado algunas similitudes entre su hija, la amiga de ella de nombre Nahomy y Lisbany.

“No entiendo cómo entró a Costa Rica. De hecho, he notado que tienen rasgos parecidos (las víctimas), como el color de piel, el pelo, el tamaño, porque son mujeres pequeñitas, mi hija si acaso medía 1,55 metros”, expresó esta madre.

Kristel Patricia Aguilar había aplicado un formulario para trabajar en la cooperativa de APM Terminals, poco antes de ser asesinada. Foto: OIJ

La última vez que las costarricenses fueron vistas fue la noche del 17 de febrero anterior, cuando le dijeron a sus familiares que iban a una fiesta en barrio Las Palmeras, en Limón.

Su familia ruega para encontrarlas vivas, o muertas.

Las autoridades judiciales las da por fallecidas al encontrar gran cantidad de sangre que coincide con la de las costarricenses, en la casa donde se habría llevado la fiesta.

Aún falta dar con otro hondureño que habría participado en la desaparición de las costarricenses, su nombre no ha trascendido, es el de tez morena de la foto. Si sabe dónde se esconde, llame a la línea confidencial 800-8000-645 del OIJ.

El OIJ necesita ayuda para dar con el paradero de estos dos sujetos. Foto OIJ.
Alejandra Morales

Alejandra Morales

Bachillerato en Periodismo en la Universidad Internacional de las Américas y licenciada en Comunicación de Mercadeo en la UAM. Con experiencia en temas de sucesos y judiciales.

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