Sucesos

“Me perdonó la vida”: biólogo atacado por tiburón en Costa Rica cuenta cómo sobrevivió

Mauricio Hoyos, biólogo marino, sobrevivió al ataque de una hembra de tiburón galápagos

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El experimentado biólogo marino Mauricio Hoyos ha dedicado más de 30 años al estudio de los tiburones. Sin embargo, jamás imaginó que uno de esos encuentros científicos terminaría por ponerlo cara a cara con la muerte.

En setiembre pasado, mientras realizaba un trabajo de marcaje en aguas de la isla del Coco, en Costa Rica, Hoyos fue mordido en la cabeza por un tiburón galápagos, un episodio que, lejos de sembrarle miedo, lo reafirmó en su misión de protegerlos.

El biólogo marino Mauricio Hoyos se recupera tras el incidente con un tiburón en la Isla del Coco.
El biólogo marino Mauricio Hoyos sufrió el ataque del tiburón en la isla del Coco. (For the oceans/For the oceans)

El investigador relató el momento del ataque en una entrevista con BBC Mundo, en la que detalló que se encontraba a unos 40 metros de profundidad, colocando una marca en la base de la aleta dorsal del animal cuando todo cambió en segundos.

Mauricio Hoyos, el biólogo mexicano atacado por un tiburón en la Isla del Coco, en Costa Rica, mostró en sus redes sociales lo recuperado que se encuentra tras el violento hecho que sufrió bajo el agua. Foto: Tomada de Instagram
Mauricio Hoyos, el biólogo mexicano atacado por un tiburón en la isla del Coco, en Costa Rica. (Tomada de Instagram/Tomada de Instagram)

“Entonces ya me posiciono para colocarle la marca en la base de la aleta dorsal y le disparo. La veo que se va, muy tranquila. Pero, de repente, vuelvo a voltear, porque es muy importante mantener el contacto visual, y justo cuando veo de reojo, ya veo la boca del tiburón frente a mí”, recordó.

La imagen muestra un tiburón galápagos.
Un tiburón galápagos atacó al biológo. (Shutterstock/Shutterstock)

En ese instante, el instinto fue su única defensa.

“Lo único que pude hacer fue bajar la cabeza porque quería proteger la yugular”, contó Hoyos.

El impacto fue brutal. La mandíbula inferior del tiburón se le hundió en la mejilla, mientras que la superior alcanzó la parte alta de su cabeza.

“Tengo cinco heridas de lado a lado en la cabeza”, relató el biólogo.

Las cicatrices en su piel son el recuerdo de lo que vivió.

“No sé si la hembra que me mordió estaba embarazada, pero si hubiera querido acabar con mi vida, lo habría hecho de inmediato, y no lo hizo. Eso me cambió mucho la percepción. Ahora sé que esta hembra me perdonó la vida, no lo puedo poner de otra manera”.

El científico aseguró que este episodio reforzó su compromiso con la conservación de los tiburones.

“Esto me va a servir para seguir hablando bien de los tiburones, para promover su conservación en el futuro”, concluyó.

Silvia Coto

Silvia Coto

Periodista de sucesos y judiciales. Bachiller en Ciencias de la Comunicación Colectiva con énfasis en Periodismo. Labora en Grupo Nación desde el 2010.

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