Don Aquiles Rodríguez, papá del kayakista y guía turístico Pablo Rodríguez Rojas, de 32 años, quien desapareció en el mar luego de salvarle la vida a dos turistas, dice que los últimos días han sido terribles y que para lo único que tiene cabeza es para buscar a su hijo.
“No tengo ganas de comer ni dormir, solo de encontrar a mi hijo, yo ya se que él no estará más con nosotros, pero quisiera al menos recuperar el cuerpo.
“La mamá de Pablo está devastada, han tenido que darle calmantes y todo. Yo había estado fuerte, pero ya hoy (domingo) siento mucho dolor y siento que las fuerzas no me dan”, expresó.
El triste papá ha pasado los últimos dos días en su bote revisando el lugar donde las olas arrastraron a Pablo, él único consuelo que tiene es que su hijo fue un verdadero héroe al salvar a los dos extranjeros que había llevado a un tour a la laguna Gandoca, en Manzanillo de Talamanca.
“Ya cuando iban a regresar de la laguna, los turistas se subieron a un kayak y antes de que Pablo se subiera al de él, una ola golpeó y volcó a la pareja. Según nos contaron dos muchachas que lo vieron todo, mi hijo se metió nadando a ayudar a los extranjeros y las olas los llevaron al mar y los fueron metiendo.
“Cuando las mujeres vieron que la situación se había salido de control buscaron un teléfono para pedir ayuda. A penas supimos, mis hijos se fueron a ver qué podían hacer, pero como el mar estaba muy revuelto, la situación era complicada”, relató dolido.
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El incidente se dio el viernes a eso de las 6 de la tarde y fue hasta unas dos horas después que los hermanos de Pablo y unos amigos llegaron hasta donde estaban los asustados turistas, aferrados a un tronco. Ellos se pusieron a hacer señas con unos focos que tenían para que los vieran y los ayudaran.
“Uno de mis hijos conversó con los sobrevivientes y ellos les dijeron que Pablo les había alcanzado el tronco al que se habrían agarrado para no morir. Luego de eso mi hijo se agarró al kayak de la pareja, pero poco después una ola lo desapareció a él con todo y el kayak.
Familia está resignada
Don Aquiles dice que desde el viernes la preocupación que siente por no encontrar a su hijo lo ha dominado, sobre todo por lo especial que era Pablo.
“Él era un hombre alegre y muy trabajador, era el que más me ayudaba en la casa, hace poco había sacado otro curso en el ICT y le dieron un título y todo. También me ayudaba a sembrar cacao y otras cosas en una finquita que tenemos, me va a hacer mucha falta porque pasábamos mucho tiempo juntos”, aseguró Rodríguez.
Lina Rodríguez, hermana de Pablo viajó a casa de los papás para acompañarlos en este trago tan amargo. Ella dice que está aferrada a los recuerdos bonitos que tiene de su ser querido.
“La última vez que lo vi fue el primero de enero, pasamos juntos el 31 de diciembre, comimos juntos en familia y al día siguiente me despedí de él y regresé a Limón porque yo trabajo allá.
“Es muy duro estar con la incertidumbre de que no aparezca mi hermano, ojalá lo encuentren pronto para recuperar la paz”, dijo la allegada.
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Los cuerpos de socorro integrados por cruzrojistas y oficiales del Servicio Nacional de Guardacostas estuvieron buscando el cuerpo el sábado y el domingo durante el día. También los oficiales de la Fuerza participan en el operativo haciendo rondas en la playa.
Jim Batres, subdirector de Gestión de Riesgo de la Cruz Roja, comentó que la principal preocupación de ellos que el mar arrastre el joven hasta aguas internacionales, ya que el lugar del accidente está cerca de la frontera con Panamá.
La búsqueda de Pablo continuará este lunes desde buena mañana.