Varios oficiales del Servicio Nacional de Guardacostas se convirtieron en los ángeles de una tortuga carey que iba a ser destazada por unos cazadores que ya la habían herido con un arpón.
El rescate se dio el pasado martes, pero el caso fue dado a conocer por el Ministerio de Seguridad Pública hasta la tarde de este viernes 2 de julio.
Los hechos ocurrieron en la comunidad de Los Lirios, en Limón, a las orillas del río Cieneguita, cuando los uniformados realizaban un patrullaje preventivo por la zona.
“Los oficiales observaron una lancha que empezó a alejarse de manera sospechosa a toda velocidad y justo en ese punto, a orillas del río, los policías se percataron de que algo se estaba moviendo.
“Al acercarse, los observaron con una tortuga boca arriba, amarrada de sus cuatro aletas, con gran dificultad para respirar y cuyo caparazón tenía una perforación causada por un arpón”, detalló Seguridad Pública.
Al parecer, el animalito iba a ser destazado por unos cazadores, pero la presencia de los uniformados hizo que estos huyeran. Al final no detuvieron a ningún sospechoso.
El comandante Guillermo Zúñiga, biólogo marino de la Unidad Ambiental de Guardacostas de Limón, coordinó con personal del Centro de Rescate Animal Jaguar, ubicado en Puerto Viejo de Talamanca.
“De acuerdo con lo diagnosticado por los veterinarios del citado centro, el estado del reptil era crítico, pues al parecer tenía lesionado un pulmón. Es por ello que le aplicaron antibióticos, además de curarle la herida, tras lo cual la tortuguita quedó en observación para darle seguimiento y así poder liberarla cuando se recupere”, dijo Zúñiga.
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La Ley de Protección, Conservación y Recuperación de las Poblaciones de Tortugas Marinas, señala en su artículo 6 que quien mate, cace, capture, destace, trasiegue o comercie tortugas marinas, será penado con prisión de uno a tres años.