Sucesos

(Video) Costurera le ganó la primera batalla a Ofelia Taitelbaum

Tribunal le dicto 96 años de cárcel a la exdefensora por 32 delitos de uso de documento falso

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La costurera María Otárola Soto, de 55 años, le ganó la primera batalla a la exdefensora de los habitantes Ofelia Taitelbaum.

Este jueves en la mañana un Tribunal le dictó a la exfuncionaria pública una condena de 96 años de cárcel al encontrarla culpable de 32 delitos de uso de documento falso.

Los jueces Jorge Tabash, Sergio Quesada y Ericka Calvo explicaron por espacio de una hora las razones del por qué impusieron esa sentencia.

El primero en hablar fue Tabash, quien dijo que pese a que la Fiscalía le atribuía a la imputada 39 delitos de uso de documento falso, ellos solo tenían certeza de que Ofelia cometió el ilícito en 32 de los casos.

El juez explicó que por cada uno de los delitos probados le impusieron a Taitelbaum tres años de prisión, lo que en total suma 96 años; sin embargo, debido a las adecuaciones que deben hacerle a la pena, según las leyes del país, los años que la mujer deberá pasar encerrada serán solo nueve.

Otárola no estuvo presente en la lectura del por tanto de la sentencia, ya que el primer día del juicio, luego de dar su testimonio, dijo que para ella ya había acabado el tedioso proceso que lleva ya cinco años y que quería desentenderse del asunto.

Pese a su ausencia en la sala de juicio, la denunciante demostró valentía y persistencia durante todo el tiempo que luchó por que se hiciera justicia.

“Yo les pido que la juzguen, no olviden que durante veinte años cometió un delito, y aunque yo no soy nadie, no soy importante, soy un ser humano, la razón por la que yo puse la denuncia ya no es importante para mí, ya hoy cierro un ciclo, esto me ha causado malas noches, problemas, enfermedades, disgustos y hasta insultos, le suplico al Tribunal que le den un cierre a esto, el que consideren pertinente”, dijo Otárola el lunes 19 de agosto cuando declaró en el juicio.

Este jueves, La Teja contactó a Stephanie Otárola, hija de la demandante, para tratar de conversar con la mamá, pero no fue posible.

“Mi mamá ya no quiere hablar del asunto, ella está cansada de todo esto. Durante mucho tiempo no pudo ni recibir atención médica en el Seguro ni las medicinas para la tiroides que tanto necesita por el chanchullo que hizo la señora esa (Taitelbaum), pasó momentos duros y hasta burlas y ya quiere dejar eso atrás”, dijo Stephanie.

Los jueces absolvieron a la acusada de los dos delitos de coacción que en un principio el Ministerio Público le achacó, ya que dijeron que había dudas. En materia civil el Tribunal condenó a Taitelbaum al pago de dinero por daño social, pero los montos aún no han sido revelados.

Tedioso proceso

Tabash hizo un resumen de los hechos por los que sentenciaron a la exdefensora para que quedara claro como se había dado la situación.

Él relató que en algún momento la mamá de Otárola tuvo una relación laboral con Ofelia por medio de una agencia de viajes, pero María nunca trabajó para ella. Pese a eso sí la conocía porque cuando la imputada fue viceministra de Vivienda le ayudó a tener su casita propia, ya que en ese entonces vivía en un precario en Pavas.

Años después de eso, la costurera empezó a sufrir problemas de salud, por lo que intentó hacer los trámites para asegurarse. Ella no cotizaba, pero un hijo sí por eso pensaba hacerlo por ese medio.

En ese tiempo Otárola vivía en San Carlos, por lo que acudió a los servicios de salud de ese cantón, pero se llevó una tremenda sorpresa, ya que le dijeron que ella aparecía como proveedora de servicios de asesoría de una empresa y al tener ingresos tenía que pagar un seguro propio.

La mujer se puso detrás del asunto hasta descubrir que Taitelbaum había usado su nombre en los documentos que usaba para pagar impuestos y así beneficiarse porque de esa manera reducía los montos a cancelar.

La afectada puso una denuncia en el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), pero poco después archivaron el caso. Un día en San Carlos, de casualidad, se topó con Gerald Campos, quien ese momento trabajaba como jefe en la Policía Judicial de esa zona y al escuchar la historia de María pidió que se reabriera el caso.

Después la denuncia se hizo pública y acaparó los medios de comunicación porque en ese momento la sospechosa era aún defensora de los habitantes, lo que agravaba aún más las acusaciones.

Ofelia Taitelbaum confía en que su abogado presentará una apelación que la librará de ir presa

Llamada vital

En una ocasión dos periodistas estaban en la casa de la costurera porque iban a entrevistarla, cuando Ofelia la llamó por teléfono para tratar de convencerla para que no diera declaraciones que la afectaran. Esa llamada fue grabada tanto por los comunicadores como por Otárola y fue una prueba vital en el juicio.

“La acusada, Ofelia, utilizó su celular de uso personal para llamar a la ofendida y mediante violencia moral la compelió (obligó) a variar sus declaraciones a la prensa para encubrir las actividades delictivas que habían sido cometidas por la acusada”, expuso el juez Sergio Quesada.

“Eso es algo muy serio y el Tribunal se dio a la tarea de analizar de forma minuciosa, y con sumo cuidado esa llamada, palabra por palabra… Obviamente esta propuesta de doña Ofelia es inmoral, es falta de valores, falta de ética, en el sentido de decirle a otra persona que falte a la verdad”, agregó.

Quesada dijo además que al escuchar la famosa llamada quedó constatado que Taitelbaum tenía conocimiento de la situación ilegal en la que había incurrido y no lo ignoraba como quiso hacerlo creer en el debate.

La exdefensora trató también de eliminar los procesos irregulares que había hecho, rectificando los reportes de los contadores, lo que reafirma la hipótesis de que había claridad en los delitos que estaba cometiendo.

Por último, la jueza Ericka Calvo le dejó claro a la condenada que mientras la sentencia queda en firme deberá entregar su pasaporte para que haya seguridad de que no tratará de salir del país y además, tendrá que presentarse a firmar cada mes.

Durante toda la explicación Taitelbaum estuvo seria y atenta a cada palabra de los jueces, en algunos momentos bajó la mirada pensativa y en otros se acercó a su abogado para susurrarle al oído, pero nunca demostró emociones, se veía tranquila.

Luego de una hora de escuchar a los jueces abrió una botella de agua y tomó varios tragos para refrescarse, ya que la sala de juicio estaba muy caliente.

Al finalizar la audiencia, los allegados de la sentenciada se acercaron para abrazarla y demostrarle su apoyo.

Al salir de la sala, Taitelbaum dio unas palabras a la prensa en las que aseguró estar tranquila y confiada de que la apelación que presentará su abogado dará frutos positivos para ella.

“Como dicen esto es una maratónica, ya lo sabíamos, esta es nada más la primera etapa, yo y mi estimado abogado Fabio Oconitrillo estamos completamente tranquilos… Yo desde que renuncié a la Defensoría lo dije, estoy a la orden de los Tribunales porque estoy segura que al final el camino va a ser lo que debe ser que es que brille la luz de este asunto tan difícil que me ha tocado” aseguró.

Rocío Sandí

Rocío Sandí

Licenciada en Comunicación de Mercadeo de la Universidad Americana; Periodista de la Universidad Internacional de las Américas, con experiencia en Sucesos, Judiciales y Nacionales. Antes trabajó en La Nación y ADN Radio.

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