Cuatro años después de salir de Teletica tras acogerse a su jubilación, el experimentado periodista Greivin Moya habló con La Teja de su nueva vida.
El 13 de agosto del 2021, Moya se despidió de la audiencia de Telenoticias y puso fin a 36 años de una carrera periodística, que lo llevó por los medios más importantes del país.
Alejado de las cámaras y de los múltiples escándalos de corrupción que sacó a la luz, Greivin conversó con este medio y nos narró la vida que lleva en la actualidad.
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El popular comunicador, de 66 años, también se sinceró sobre lo que más extraña de su trabajo en canal 7, y contó las complejidades que enfrentó por el tipo de periodismo que hizo, pues hubo amenazas y hasta debió andar un tiempo con protección especial.
¿Qué es de su vida a cuatro años de salir de canal 7?
Me parece que ha pasado el tiempo rapidísimo, no llevaba la cuenta, parece que fue ayer. Estoy jubilado y en otra etapa de mi vida. No me puedo quedar quedito, entonces hago cosillas de proyectos míos. Siempre sigo vinculado (a la comunicación); de vez en cuando que me piden colaborar con alguna consultoría o asesoría de compañeros que tienen empresas que se dedican a eso. Pero paso mucho tiempo en una casita que tengo en el sector de Lepanto (Puntarenas). Me entretengo muchísimo haciendo construcciones y arreglos (administrando ese tipo de proyectos).
Estuve como un año ayudando en una asesoría al alcalde de Quepos, a quien le ayudé un poquito para impulsar algunas cosas que querían hacer y después volví a la zona a Lepanto y me muevo de San José a Lepanto, a Paraíso (Cartago), mi tierra. Es decir, tengo una vida movida dentro de lo que se pueda y un poco menos estresante de la que llevaba.
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¿Vive en Lepanto?
No, me muevo, porque es una casa familiar y estoy construyendo otra casita por este sector, entonces me paso moviendo de San José hacia Lepanto y a Paraíso, donde está la mayoría de familiares. Este es el tránsito normal ahora en mi época de jubilado, que trato de disfrutar en la medida de las posibilidades, porque estar pasivo no es bueno.
¿Está viviendo la jubilación como la había proyectado?
En algún momento había pensado vivir cerca de la costa ya en el retiro y aquí lo hago, pero no permanente, sino que vengo y muevo algunas cositas aquí porque estoy construyendo una casa. Paso ocupado, pero también disfrutando del ambiente más tranquilo, de la naturaleza, de mis caminatas por los senderos, por esta zona montañosa, por la playa… Disfruto muchísimo eso y sí, es parte de lo que había pensado en su momento.
¿Extraña el trajín y la adrenalina de sus tiempos de periodista?
Cuando uno es periodista, uno nunca deja de serlo. Creo que uno siempre guarda todo este tipo de cosas; analiza, ve y siente cómo es necesario seguir con un periodismo más fuerte, más de denuncia, más directo, de ayuda a la comunidad, a la población, de orientación, de educación, de ilustración…, y uno siente como que le hace falta mucho eso. A veces, siento que hay vacíos que todavía faltan por explotar, porque estando la gente más informada, está con mayor capacidad de tomar decisiones, no es fácilmente manipulable, y creo que eso es importante tenerlo presente dentro del periodismo hoy, mañana y siempre.
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¿Cómo habría sido el ejercicio de su periodismo en estos tiempos? Los últimos tres años, la prensa independiente ha sido muy atacada por el poder político.
Muy confrontativo. Hubiese sido difícil, hubiésemos estado siempre confrontando estas situaciones porque yo no concibo que se generalice a todos los medios y se satanice a la prensa. A mí me parece más bien que los periodistas y los medios debemos estar con la frente en alto, porque cuando existen campañas de este tipo de satanizar, de estigmatizar, de escarnio, burla a periodistas, a medios… significa que, en cierta manera, el periodismo sigue vivo y sigue con esa actitud que debe prevalecer. Por eso muchos gobernantes y muchos grupos tratan, sobre todo, de criticar la actitud de la prensa para poder hacer y cumplir sus objetivos, y creo que eso no es solo aquí, ya se ve en todas partes del mundo. Cuando se generaliza y se sataniza y se habla de prensa canalla, eso no le hace bien a la institucionalidad ni a la democracia del país.
¿Qué es lo que más echa de menos de Teletica?
El estar en esa adrenalina de tener información valiosa. Cuando usted tiene información, es conocimiento y es poder y, ciertamente, cuando se utiliza el poder de buena forma, ayuda y orienta. Entonces, un poco extraño eso, porque ahora las fuentes son difíciles y complicadas, y se ejerce periodismo, a veces, en forma autoritaria, se cierran filas y se bloquea la posibilidad de acceso a la información y eso es complicado.
También extraño mis fuentes, porque tenía muchísimas fuentes con las que yo tenía información valiosa e importante, y no eran informaciones con el deseo de manipular, sino de orientar. Mucha gente, por supuesto, cuando usted maneja información que golpea a personas, trata de detractarlo, desvirtuarlo, bajarlo, atacando al mensajero y no al mensaje, y eso puede suceder. Entonces extraño un poco esa adrenalina de poseer información importante y de tener accesos importantes con esa cantidad de fuentes que ahora uno las va dejando.
¿Le siguen pasando denuncias?
Hay gente que me busca para que les ayude con algún problema. Les digo que ya no tengo un medio y les sugiero buscar a un periodista que quiera hacer una denuncia, que lo haga, porque ya no me dedico a eso.
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¿Se mantiene en contacto con alguien de canal 7?
Con alguna gente que fueron compañeros míos; tal vez no como quisiera, pero con algunos que ya no están, que están jubilados, y de ahí con algunos muchachos, pues sí he tenido algún vínculo de amistad con algunos de ellos.
¿Qué es lo que más recuerda de su paso por Teletica?
Esa posibilidad de hacer denuncias y de ser apoyado por la empresa, porque a veces cuesta mucho que este periodismo duro y de denuncias sea apoyado en los medios, porque se está expuesto a demandas y juicios. Yo tuve como tres o cuatro juicios, intimidaciones, amenazas, cosas de ese tipo y valoro el apoyo que siempre tuve de la empresa.
¿Esos juicios ya se resolvieron o todavía están en trámites?
No, no, ya se resolvieron y, gracias a la información y a la documentación y a las pruebas que poseíamos siempre al publicar, todas las denuncias o los juicios nos dieron la razón.
¿Fue víctima de alguna presión o amenaza producto de los casos que ventiló?
Cuando uno está en esto del periodismo, que se convierte en una pasión en el buen sentido de la palabra, nunca pensé en situaciones que podían ser difíciles y complicadas. Sin embargo, ya después, algunas de ellas se complicaron porque hubo amenazas, intimidación que, incluso, tuve que andar con algún nivel de protección, y estas cosas sí sucedieron. Recuerdo que muchas veces algunas personas trataron de impedir algunas publicaciones, pero nosotros teníamos una responsabilidad como medio.
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Y de salud, ¿cómo está a sus 66 años?
Gracias a Dios, hasta el momento bien. Manejo bien mis enfermedades crónicas, mis alergias y mi hipertensión que quedaron de residuos de los años de mi trabajo muy estresantes, pero aquí voy para adelante.