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Decepción de costurera de ganar ¢5 mil en 15 días la hizo tomar la mejor decisión de su vida

Costurera tiene 64 años y cuenta el montón de obstáculos que ha enfrentado

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Rut Noemi Guerrero es una salvadoreña bien luchadora que con 64 años demuestra que a cualquier edad se puede empezar un negocito.

Ella trabajó en una maquila en su país natal durante 18 años, pero no veía ganancias porque debía pagar muchos impuestos, además, el tema de la inseguridad que se vivía en aquel momento le quitaba la paz, por eso decidió venirse para Costa Rica, donde ya vivía uno de sus hijos.

Rut Noemi Guerrero es una salvadoreña bien luchadora que con 64 años demuestra que a cualquier edad se puede empezar un negocito.

Cuando llegó a Costa Rica vivió un tiempo en San Jerónimo de Moravia. Se puso a capacitarse y a buscar trabajo, primero la contrató una profesora de costura y luego entró a trabajar a un taller de costura, pero después de bretear quince días le pagaron solo ¢5 mil, se llevó tal decepción que decidió ponerse su propio negocio.

“Esa vez me dije: ‘no vuelvo a trabajar más así, mejor me voy a esforzar para poner mi propio negocio’ y a como pude, con los ahorros que tenía, me compré mi primera máquina de coser, ahora trabajo para mí, no para nadie más.

“Empecé a comprar pedacitos de tela para hacer calzoncillos para chiquitos, los iba a vender de puerta en puerta. Luego empecé a hacer pijamas y así poco a poco fui haciendo más cosas y las publicaba en una página de Facebook que me hice”, relató la pulseadora.

Cuando vivía en San Jerónimo, Rut alquilaba casa, pero soñaba con tener la suya propia. Hace cuatro años le salió una oportunidad en Quepos, en la isla El Cocal y se fue para allá.

Rut Noemi Guerrero es una salvadoreña bien luchadora que con 64 años demuestra que a cualquier edad se puede empezar un negocito.

Camino difícil

Rut dice que emprender es un camino duro, pero que sí se puede salir adelante, lo importante es levantarse después de cada caída.

“En esto de emprender siempre hay altos y bajos, es común que cuando usted menos lo espere llegue competencia y eso muchas veces desmotiva, pero es parte de la vida y del negocio, de ahí la importancia de hacer las cosas bien para tener clientes fieles.

“En Moravia una vez me pasó que empecé a trabajar con una iglesia, le hacía los trajes de danza, pero un día me dijeron que ahora iban a trabajar con otra costurera y ya, me dieron en la nuca, pero bueno, me volví a levantar porque de eso se trata la vida”, expresó la vendedora.

Otras de las sacudidas de la salvadoreña fue el cambio de casa, ya que al cumplir su sueño de comprar algo propio la llevó a alejarse de los clientes que ya tenía, no le quedó más que empezar de cero otra vez.

Rut Noemi Guerrero es una salvadoreña bien luchadora que con 64 años demuestra que a cualquier edad se puede empezar un negocito.

“Tengo 64 años y me vine para Quepos buscando más tranquilidad porque allá tenía que pagar alquiler, eran muchos los gastos. Cuando llegué aquí tuve que empezar a abrir brecha; ahora tengo aquí unas ramas con un techo donde saco mis productos los fines de semana, poco a poco iré haciendo algo más formal, pero por dicha ya la gente está viniendo”, dijo.

El irse a vivir en la playa también le pasó la factura a sus máquinas de coser, tiene varias malas y el mecánico dice que es por la sal y el aire del mar, está trabajando con una sola máquina, pero aún así no afloja porque ella no sabe lo que es rendirse, sus ganas de salir adelante son más fuertes que los obstáculos.

“Ahorita irme de aquí no es una opción para mí porque es mi casita propia y fue lo que busqué por mucho tiempo, la solución que se me ocurre es cambiar las máquinas poco a poco por unas que son como de plástico por fuera”, relató.

Gran mensaje

Rut hace pijamas, faldas, calzoncillos, vestidos, entre otras cosas, lo que la gente le encargue. Allá en Moravia hacía también gorros y bufandas, pero en la playa eso no se vende porque hace mucho calor.

Rut Noemi Guerrero es una salvadoreña bien luchadora que con 64 años demuestra que a cualquier edad se puede empezar un negocito.

La valiente aprovechó para mandar un mensaje a las personas que están empezando con un negocio y sienten miedo de fracasar.

“Uno debe lucharla, mantenerse, persistir, hay días buenos y otros malos, aunque uno vea que la cosa va cuesta arriba hay que seguir, no darse por vencido, hay que tener claro lo que se busca.

“A mi edad cualquiera podría decir que se va a quedar de brazos cruzados, pero yo no pienso así, en cualquier momento puede llegar mi negocio a prender más que a como estaba antes y por eso trabajo duro, esto es lo que me da de comer y hasta el momento Dios no me ha faltado”, dijo llena de orgullo la mujer.

Rocío Sandí

Rocío Sandí

Licenciada en Comunicación de Mercadeo de la Universidad Americana; Periodista de la Universidad Internacional de las Américas, con experiencia en Sucesos, Judiciales y Nacionales. Antes trabajó en La Nación y ADN Radio.

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