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Día del Trabajador: Agente del OIJ encargado de levantar los cuerpos cuenta qué es lo más duro de su labor

Fernando Jiménez se dedica a hacer un trabajo muy importante, pero que no cualquiera se atreve a hacer

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Fernando Jiménez es un agente del OIJ que se encarga de hacer un trabajo poco común y de mucha importancia, que no es para cualquiera.

Él es especialista en analizar escenas del crimen y por medio de su trabajo le da voz a las personas muertas para que cuenten su historia y se haga justicia.

Su trabajo va desde levantar cadáveres hasta analizar a detalle las pistas en las escenas de accidentes y de homicidios. Ya tiene 14 años de experiencia en el tema.

Fernando Jiménez, agente del OIJ

En el Día del Trabajador quisimos reconocer la labor de Fernando y de todos los agentes que por medio de su trabajo llevan alivio y justicia a las familias de los fallecidos.

-¿Qué tipo de cadáveres le toca levantar?

Nos corresponde atender casos como homicidios, muertes accidentales como accidentes laborales, alguien que se cayó de un techo y se mató, suicidios por ser muertes violentas, accidentes de tránsito y hasta muertes súbitas cuando se trata, por ejemplo, de un muchacho de 17 años que cae de pronto y no tenía ninguna enfermedad conocida.

- ¿Qué es lo más difícil de su trabajo?

No tiene que ver con los fallecidos, no es manipular los cadáveres, sino más bien tratar con las personas vivas; los familiares de los muertos son todo un reto, ellos pueden tener información importante del caso, pero no la dan, son a veces hostiles. También es complicado dar la noticia a una persona que un familiar falleció.

- ¿En algún momento le costó dormir, le costaba comer o se soñaba con los casos que atendía?

No, eso hasta la fecha no me ha sucedido, ni al principio. Trato de mantener una salud mental buena para evitar esas cosas.

Dear Salaryman

-¿Algún caso lo ha marcado?

Recuerdo un caso de un menor, no puedo ampliar mucho, pero uno de sus familiares tomó un cuchillo y lo cortó mucho en el cuello, era un niño de entre cuatro y seis años. Ese caso tenía una situación muy particular, había una mancha de sangre que indicaba que él había tratado de salir del escenario, fue la lucha del ser humano de salir de esa situación de peligro.

Ahí es donde yo digo, “¡qué minutos de terror vivió este niño!”, tal vez dentro de su propia conciencia no sabía que iba a morir, simplemente trató de sobrevivir alejándose.

-¿Siente usted la responsabilidad de “escuchar” lo que los cuerpos de los fallecidos le dicen?

Claro, es una responsabilidad muy grande, cada vez que uno va al sitio del suceso se asegura de que todo esté bien hecho. Tenemos muy en cuenta la parte humana, quien viene aquí a poner una denuncia no lo hace por gusto, no es como comprar un paquete vacacional donde la persona decide ir a pasear. Si nuestro trabajo se hace correctamente hace hablar al escenario y le da voz a aquellas personas que ya no la tienen.

Fernando Jiménez, agente del OIJ

- ¿Cuánta es la cantidad máxima de cadáveres que le ha tocado levantar en un día?

Una vez fueron once, se trató de un accidente de bus y todos los muertos eran de ese mismo suceso. Recuerdo otra vez que hubo un mismo evento con varios cuerpos en distintos lugares y me tocó ir a todos.

-¿Qué tipo de obstáculos se presentan en su trabajo?

El clima o las condiciones topográficas. Recuerdo un accidente de tránsito donde había tres cadáveres y fue tan copiosa la lluvia que tuve que quitarme mis anteojos medicados para ponerme las gafas que uso para trabajar porque llovía con tanto viento que picaban los ojos.

Otros casos, por ejemplo, en la ruta 32 donde estábamos haciendo levantamiento y empezaron a caer fragmentos de piedra de la montaña y tuvimos que trabajar lo más rápido posible para irnos y no nos cayera encima un derrumbe; en otra ocasión estaba levantando un cuerpo y detrás mío había una terciopelo, mis compañeros me avisaron y me quité a tiempo.

-¿Qué le preguntan sus amigos y familiares sobre su trabajo?

Que si me dan miedo los cadáveres, que si me sueño con ellos, que si veo fantasmas. Yo soy un hombre de ciencia, no puedo pensar en otra cosa que no sea la objetividad, yo no creo en esas cosas.

También me preguntan sobre casos, como, por ejemplo, el de esta señora Kimberly, la gente me llamaba para preguntarme cosas y primero yo ni siquiera lo atendí porque trabajo en San José y eso lo atendió la gente de Heredia, pero si supiera tampoco les voy a decir, siempre se los dejo claro.

- ¿Para usted qué es lo más importante de su trabajo?

Hay una definición clave: la paz social. Una de las cosas que nosotros procuramos en nuestro trabajo es estar siempre bajo la legalidad y bajo un marco científico para llegar a la verdad real de los hechos.

Rocío Sandí

Rocío Sandí

Licenciada en Comunicación de Mercadeo de la Universidad Americana; Periodista de la Universidad Internacional de las Américas, con experiencia en Sucesos, Judiciales y Nacionales. Antes trabajó en La Nación y ADN Radio.

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