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El consultorio médico de la Asamblea Legislativa es más grande que un Ebáis

Wálter Rodríguez ha sido el doctor de los diputados durante casi 30 años y revela qué acciones de los legisladores los hace sentir culpa al grado de deprimirse

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En la mayoría de empresas responsables con su personal hay un consultorio médico que se encarga de atender emergencias y dar tratamientos para padecimientos crónicos, entre otras cosas básicas, pero en el caso de la Asamblea Legislativa, aquello parece una clínica privada.

Imagínese que en el Congreso ese “consultorio” es prácticamente un pequeño hospital que atiende a unos tres mil pacientes entre trabajadores activos, sus familiares y colaboradores pensionados.

Para que usted se haga una idea es como un ebáis con: terapia física; psicología, odontología, enfermería, salud ocupacional y medicina general, incluso hay una sala de shock para cuando se dan emergencias.

Ese centro médico está en el lugar que llaman la Casa Rosada, a la par del Castillo Azul, uno de los viejos edificios de la Asamblea, pero en el nuevo edificio también hay un consultorio, está muy cerquita del Plenario Legislativo, en el piso -4 y es más que todo para que cuando a los legisladores les da un patatús en plena sesión, lleguen ahí rapidito.

El doctor Wálter Rodríguez, director del Departamento de Servicios de Salud del Congreso, contó en una entrevista que el consultorio médico de esa institución se creó en 1984 cuando llegó un médico de apellido Martínez y una enfermera llamada Cecilia. En un principio hacían visitas, ya luego se instalaron de forma permanente en el Congreso.

Wálter llegó al congreso hace casi 30 años (los cumple en noviembre próximo). Llegó como terapeuta físico en 1993 y unos cinco años después pasó a ser médico general. Cuando Martínez se pensionó, en el 2018, él asumió la dirección.

Diputados padecen de todo

El médico y los demás profesionales de salud de la Asamblea Legislativa atienden a los ujieres, personal administrativo, colaboradores de las fracciones políticas y también a los padres de la patria.

“Esto es más grande que un ebáis, pero más pequeño que una clínica. Nosotros no escapamos a los procesos de atención del país en general, las atenciones de todos los funcionarios, incluyendo los señores diputados, muchos son hipertensos, diabéticos, tienen problemas reumáticos, sufren estrés y otros males que se agravan por la carga y la gran responsabilidad laboral que tienen.

“También pasa mucho que los legisladores se alteran en sus discursos en el Plenario, se enojan y eso les afecta la salud y van a dar al consultorio porque se descompensan, a veces hasta hay que acostarlos para ponerles suero”, contó el médico.

El médico contó que antes, cuando no estaba aún el edificio nuevo, había alfombras en los edificios viejos y era muy común que funcionarias que andaban en tacones se enredaran y se cayeran, más de una fue a dar al hospital. Ahora ya no hay alfombras, pero aún así se dan caídas; hace una semana una asesora legislativa se enredó en una grada en el plenario y se cayó, se golpeó la cabeza y tuvo que ir a que la revisaran, pero por fortuna no fue nada grave.

Wálter dice que durante estas tres décadas le ha tocado ver cambios históricos: vio pasar la Asamblea del bipartidismo entre del Partido Liberación Nacional y el Partido Unidad Social Cristiana a un abanico legislativo de un montón de fracciones. También recuerda que antes solo había hombres diputados, pero ahora las mujeres son parte activa y fundamental de la política.

“Me llama mucho la atención y me gusta destacar que las mujeres, por más presencia y poder poder político y económico que tengan, las que tienen hijos ante todo son mamás. Cuando vienen a mi consultorio se sientan con sus trajes elegantes y esa presencia que las caracteriza, pero de un momento a otro les suena el teléfono y me piden permiso para contestar y escucho que le dicen a los hijos que les dejaron el almuerzo en la refri, que recuerden hacer la tarea, eso es lindo y muy interesante”.

La culpa causa depresión

El doctor Rodríguez reveló una realidad que viven los políticos y que él no comparte, incluso reconoció que hasta le ha dado sus buenas pasaditas a los legisladores.

“Ha pasado que llegan diputados a consulta, deprimidos porque votaron un proyecto de ley que ellos sienten que va en contra el país, pero aún así lo votaron a favor para convertirlo en ley, he tenido que decirles que lo que les está quemando es la culpa, y entonces ellos se justifican diciendo que si no lo votaban así, su grupo no iba a apoyar sus proyectos

“En esos casos yo les digo: ‘disculpen, pero ustedes son personas pensantes, ustedes puede negociar y si ustedes sienten que un proyecto de ley va en contra del país tienen que analizarlo y pensar en la gente que los escogió'”.

Ahorita en Departamento de Servicios de Salud del Congreso se está llevando a cabo un proceso muy importante llamado Sistema Integral de Salud (SIS). La idea es hacerle un chequeo médico a los 976 trabajadores activos de la Asamblea y también a los colaboradores de las fracciones políticas.

El chequeo incluye exámenes de sangre, entrevistas y otras revisiones porque es algo integral, así van a determinar qué padecimientos tiene cada trabajador para así darle la atención que necesita.

“Necesitamos saber quiénes son hipertensos, quiénes son diabéticos, quiénes tienen obesidad. Ya hemos examinado a unos 400 funcionarios y hemos descubierto que algunas personas que creían estar bien padecen de presión alta u otras enfermedades.

“A raíz de los resultados vamos a planificar actividades para ayudar a los trabajadores a mejorar las condiciones de salud que los aquejan. Por ejemplo, ayuda nutricional, talleres de terapia física, de ayuda psicológica, entre otros”, explicó el médico.

En el Congreso hay hasta un sistema digital en la que se guardan los datos de los trabajadores, es una especie de EDUS que contiene toda la información de enfermedades, medicamentos, citas, controles y hasta los exámenes médicos que les hacen a los colaboradores en el Departamento de Servicios de Salud.

Gracias a esto los funcionarios prácticamente no tienen necesidad de usar los servicios de la Caja Costarricense de Seguro Social a menos de que necesiten una una cirugía o un tratamiento especializado como por ejemplo quimioterapia.

Wálter Rodríguez tiene 30 años de trabajar en la Asamblea Legislativa y cuenta como es atender a los diputados

“Aquí podemos hacer extracciones de piezas dentales, dar consulta y tratamiento psicológico, sesiones de terapia física, atender consultas generales y dar soporte a alguien que esté en paro, ya que tenemos hasta desfibrilador, nos llena de orgullo ver cómo ha crecido el Departamento de Servicios de Salud”, dijo Rodríguez.

El médico dejará la institución en diciembre próximo para acogerse a su pensión y aunque se ilusiona de saber que ahora tendrá tiempo de compartir con su familia, no puede evitar sentir nostalgia de separarse de un proyecto al que le ha entregado su vida y con el que se ha encariñado muchísimo.

Rocío Sandí

Rocío Sandí

Licenciada en Comunicación de Mercadeo de la Universidad Americana; Periodista de la Universidad Internacional de las Américas, con experiencia en Sucesos, Judiciales y Nacionales. Antes trabajó en La Nación y ADN Radio.

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