Emilce Soto, de 49 años, cayó en el engaño de un hombre apellidado Valverde Chinchilla, quien la convenció de que su esposo estaba bajo brujería y le aseguró que él podía ayudarla a quitar cualquier amarre.
En su inocencia, Emilce creyó en las palabras del hombre y decidió acompañarlo hasta el lugar donde este le dijo que estaba enterrado el amarre.
Ese sitio terminó convirtiéndose en el punto donde semanas después apareció enterrado el cuerpo de Soto.
Así lo contó a La Teja Xenia Castro, quien reveló ese detalle luego de que este jueves se confirmara la condena de 19 años de cárcel contra Valverde por el delito de femicidio.
“El lugar donde apareció Emilce fue el mismo donde él le dijo que estaba el entierro ese; entonces, de alguna manera, mi hermana creyó en él y con tal de que su esposo se curara, le creyó, y nunca pensó que ese hombre la iba a meter en ese lugar para matarla y enterrarla”.
La investigación por este caso se inició el 9 de marzo del 2024, cuando familiares de Emilce reportaron su desaparición, en la localidad de Palmar Sur.
Las autoridades detuvieron a Valverde el jueves 9 de mayo de este año, mientras que los restos de Emilce fueron encontrados el 8 de junio anterior enterrados entre finca 8 y finca 5, en Palmar Sur de Osa.
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Se aprovechó de ella
Xenia contó que Valverde no tenía ningún tipo de amistad con su hermana; simplemente, se trataba de un vecino, quien se acercó a Emilce con la clara intención de hacerle un daño.
“Él se acercó a mi hermana con este timo, porque mi hermana tenía algunos problemas con su pareja, y él se acercó a ella con el timo de que el marido de ella estaba embrujado y que él quería ayudarle.
“Inclusive, mi hermana le mandó un audio a mi sobrina, pidiéndole una plata para pagarle al tal brujo ese”, contó Castro.
Xenia recordó que un mes antes de que se diera la desaparición de Emilce, ella llegó hasta su casa para contarle esa situación que la tenía tan angustiada.
“Mi hermana llegó a la casa a comentarme algunas cosas de las cuales yo no soy partidaria; yo no comparto nada de brujería y esas cosas. A ella este hombre la tenía, como dicen, enredada de que el marido de mi hermana estaba embrujado.
“Entonces ella quería como comentarme eso; yo le dije que recordara que Dios es grande y maravilloso, y que aunque todas esas cochinadas existen, tenemos que confiar en Dios”.
Esa fue una de las últimas conversaciones que las hermanas tuvieron antes de la tragedia.
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Condena les da satisfacción
Volviendo al tema de la condena dictada contra Valverde, luego de que este decidiera someterse a un proceso abreviado para no ir a juicio, Castro dijo que esa noticia llenó a su familia de satisfacción.
“Hay una alegría inmensa en nuestros corazones, porque la verdad es que para nadie es un secreto que las leyes en este país en algunas ocasiones son muy débiles.
“A veces, teníamos ese temor de que no se diera, pero la confianza, primeramente en Dios, nos hizo permanecer creyendo que Él iba a hacer justicia”.
Castro también dijo que no los tomó por sorpresa que Valverde aceptara los hechos, pues sabían que había suficientes pruebas para demostrar que él fue quien le arrebató la vida a Emilce.
“La verdad es que a estas alturas ya nadie nos va a devolver a nuestra hermana, pero al menos no va a quedar impune este caso, como ha ocurrido con muchos otros”.
Dios los ha llenado de paz
Xenia contó que en medio de la lucha que ella y su familia libraron para obtener justicia, Dios los acompañó en todo momento y fue Él quien les dio las fuerzas para no rendirse.
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“Sinceramente, le digo que Dios ha puesto una paz increíble en nuestros corazones, en nuestra familia, en mi madrecita, que era la que más nos preocupaba”.
Agregó que parte de esa paz la recibieron cuando se dio el hallazgo de los restos de Emilce, no solo por ser una prueba fundamental para el caso, sino porque también podrían darle la despedida que ella se merecía.
“Le pudimos dar esa sepultura en el cementerio de Ciudad Neily. Quedamos muy agradecidos con Dios, porque a partir de ahí empezó todo, porque ya el sujeto ese no iba a poder decir que sin cuerpo no había delito”.
Castro finalizó diciendo que recordará a su hermana como una mujer noble y de buen corazón, que lamentablemente, cayó en manos de un hombre que se aprovechó de su inocencia.
“Yo la recuerdo muy humilde; mi hermana era muy sencilla. Quizás esa confianza la llevó a que tuviera que perecer así. Yo muchas veces le decía que tenía que ser más desconfiada, porque no todas las personas son buenas”.



