Pasó lo que muchos temían (al menos los que pagaron más) Bad Bunny cantó la mitad de su concierto en la famosa Casita, muy largo quienes compraron VIP, pero lo cierto es que la fiesta fue total en el Estadio Nacional.
Pasadas las 2 p.m., se abrieron las puertas del Estadio Nacional para recibir a los miles de asistentes que esperaban con ansias el concierto de Bad Bunny en Costa Rica.
Algunos estaban en fila desde la mañana del jueves anterior, mientras otros llegaron más cerca de la hora de apertura.
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La tarde fue soleada, por lo que el protector solar se convirtió en un aliado indispensable, al igual que los sombreros que se hicieron tendencia gracias al impulso del artista y la estética de su más reciente álbum Debí tirar más fotos.
En los alrededores del estadio el ambiente era puro entusiasmo: música, colores, flores, atuendos llamativos y camisetas con el rostro del intérprete puertorriqueño. Todo reflejaba la enorme expectativa por ver al cantante en el escenario.
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Al ingresar, el público recibió una cámara de juguete colgante como souvenir, un detalle que inmediatamente se transformó en un recuerdo que muchos conservarán para siempre.
El concierto toma forma
Para las 4:30 p.m., el recinto empezaba a llenarse de manera constante, mientras la música ambiente y los puestos de comida mantenían a los asistentes entretenidos.
A las 6:30 p.m., Lorén Aldarondo Torres, integrante de la banda Chuwi, inició la fiesta musical que abriría paso al espectáculo principal.
A las 7:25 p.m. se proyectó un video protagonizado por dos niños que hablaban de su deseo de que el artista visitara Costa Rica, una introducción que dio paso a su entrada con un efecto visual característico de sus giras.
El espectáculo comenzó con “La Mudanza”, encendiendo de inmediato la energía del público, pero fue una de sus primeras intervenciones la que desató aún más gritos entre los asistentes:
“Estas canciones son para que ustedes las bailen. El que no esté bailando se supone que, por lo menos, esté cantando y la noche apenas está comenzando. Yo recuerdo la última vez que estuve aquí y recuerdo la energía de Costa Rica, pero eso ya pasó y hoy es una noche diferente. Necesito probar la energía de ustedes esta noche”, expresó el artista.
La “Casita” tomó protagonismo
La interacción del artista con las luces de los celulares, el público y sus grandes éxitos como “Callaíta” al ritmo de salsa, “Pitorro de coco” y “Weltita” marcaron al público.
“Lo que yo deseo es que ustedes tengan una noche única. El show se trata de la unión de todos nosotros, ese es el show: la unión de un pueblo, la unión de países, PR (Puerto Rico) visitando a Costa Rica y disfrutar lo más que se pueda”, mencionó el artista.
Durante “Turista”, apareció una de sus frases más reconocidas: “Mientras uno esté vivo debe amar lo más que se pueda”.
Luego interpretó “Baile inolvidable” y “Nuevayol”, hasta que apareció en pantalla la popular ranita que ha caracterizado esta gira.
En el video, el personaje mencionó comidas y lugares que deseaba probar y visitar en el país.
“Quiero comer gallopinto, chifrijo, olla de carne y quiero saber si los patacones saben igual que en Puerto Rico. Quiero ir a Tamarindo, playa del Coco, Puntarenas, San Carlos. ¿Qué es lo primero que voy a hacer? Dar vueltas por ahí“, fue parte del mensaje.
Después de este segmento, se dirigió a la Casita, donde permaneció más tiempo del esperado.
Ahí interpretó “Veldá”, “Titi me preguntó”, “Neverita” y “Si veo a tu mamá”. También saludó a varios asistentes, tomó de un vaso que un fan le ofreció e incluso invitó a un seguidor a subir al escenario, generando uno de los momentos más aplaudidos de la noche.
Dos escenarios, una misma experiencia
A las 8:50 p.m., el público escuchó “Caro”, canción exclusiva para este show dentro de la gira. Más tarde, Los Pleneros de la Cresta aportaron un ambiente festivo con “Ábreme paso”.
Luego se proyectó un video relacionado con su álbum DTMF, reforzando la estética visual que ha distinguido esta etapa del artista.
Posteriormente, el cantante regresó al escenario principal para interpretar éxitos como “Ojitos lindos”, “La canción”, “Dakiti”, “El apagón”, “DTMF” y “EOO”.
Finalmente, el espectáculo se dividió de una manera no justa, según muchos, pues la mitad del concierto tuvo lugar en el escenario principal y la otra mitad en la Casita, lo que permitió que quienes pagaron entrada VIP (¢91.200) y quienes estuvieron en gramilla disfrutaran de una experiencia similar.
