Deportes

Por aburrirse, Gustavo Matosas ganaba más de ¢33 millones al mes

La Federación cubría todas las cargas sociales del entrenador y también le daba ¢50 mil por uso del celular

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A casi tres meses de su renuncia a la Sele por aburrimiento crónico se sabe que el sueldo mensual de Gustavo Matosas era de $58,333, es decir, ¢33.541,475 millones libres de cualquier rebaja.

Esa cifra aparece en el borrador del contrato presentado por la Federación al charrúa para su contratación y al que La Teja tuvo acceso.

Por año le correspondía un salario de $700 mil (¢402,5 millones) y según se lee en el borrador “la Fedefutbol asumirá la totalidad de cargas sociales y tributarias que correspondan", con lo que el pago del seguro social y el impuesto sobre la renta corrían por parte de la Federación.

Aunque $700 mil es una millonada tampoco era una suma muy elevada para Matosas pues, según el diario mexicano El Universal, el técnico recibió $600 mil en el 2012 por la transferencia del jugador Matías Britos al León.

Según el escándalo destapado a finales de octubre en México y que acabó con el paso de Matosas por el Atlético San Luis, equipo por el que dejó a la Sele, el charrúa le habría pedido esa plata al representante de Britos, Fernando Pavón, para contratar al futbolista.

Esto no cayó bien en San Luis, que despidió a Matosas, de quien no se volvió a saber nada desde que lo echaron, el 27 de octubre.

La Federación también le pagaba a $2000 (¢1.150.000) de alquiler y le facilitaron los abogados para hacer su contrato de alquiler. Además le daba ¢50 mil por el celular.

El borrador señala que la Fedefutbol le daría tres tiquetes de avión por año en clase ejecutiva para ser usados por él y dos personas de su núcleo familiar de primer grado o directo (hijos, esposa, etc).

Se incluía el carro, del cual él debía pagar el combustible y el mantenimiento.

No se señala nada sobre premios por avanzar en torneos o clasificarse al Mundial.

¿Qué le tocaba hacer y por qué podían despedirlo?

Según el borrador, entre las razones para dar por terminada la relación con Matosas sin tener que pagarle nada aparece una que tiene tintes de la experiencia de la Fedefutbol con el entrenador Jorge Luis Pinto, al que acusaban de faltarles el respeto a jugadores y administrativos.

Podían echarlo por "falta grave de respeto debidamente demostrada con pruebas y de forma objetiva del director técnico hacia los miembros del Comité Ejecutivo, Comisión de selecciones nacionales, Secretaría General, director de selecciones nacionales, cuerpo técnico de la selección mayor y de otras selecciones, jugadores, seleccionados, personal administrativo de la Fedefutbol, aficionados y espectadores, así como cualquier otra comisión o afiliado a la Fedefutbol.

“Por falta grave de respeto se entenderá que se dirija en forma despectiva, humillante u ofensiva, tanto de palabra como de hecho, hacia cualquiera de las personas arriba indicadas, ya sea de forma verbal, escrita y /o manifestada en cualquier medio de comunicación”, señala el borrador.

Unido a eso, el documento deja claro que la única responsabilidad de Matosas era con la selección mayor.

“Las funciones del director técnico comprenden la preparación y la dirección técnica futbolística de la selección mayor, la selección de jugadores de los equipos nacionales y los que militan en el exterior, entrenarlos y capacitarlos, haciendo su mejor esfuerzo por prepararlos física, técnica y anímicamente para que alcancen condiciones óptimas en las competencias en que la selección participe”.

También debía presentar, en febrero de este año, un plan de trabajo “compatible con los objetivos y metas necesarias para la clasificación de la selección a la Copa Mundial de FIFA Catar 2022”.

Y había más: “Presentar informes trimestrales al Comité Ejecutivo sobre el desempeño de sus funciones, iniciando con el primer informe en el mes de mayo 2019”, es decir, Matosas solo habría presentado informes en mayo y en agosto.

El contrato iba del 2 de enero del 2019 y hasta la finalización de Costa Rica en el Mundial 2022 o el final de las eliminatorias, es decir, si no se clasificaba en la hexagonal hasta ahí llegaba.

Al técnico lo definieron como un “empleado de confianza” y su “superior jerárquico máximo" era el Comité Ejecutivo de la Fedefutbol en la persona de Rodolfo Villalobos, “con quien mantendrá una línea directa de comunicación, así como cualquier otra persona que el presidente de la Fedefutbol le indique".

En caso de que fuera Matosas quien rompía el contrato (como sucedió), el pago que debía hacer era de tres meses de salario, es decir, $175 mil (¢100.625,000) a cancelar en el plazo de treinta días después de notificar por escrito su salida.

Matosas tenía derecho a comercializar sus derechos de imagen, siempre y cuando no fuera con empresas competencia de los patrocinadores de la Federación.

El contrato establecía que debía usar una gorra dada por la Fedefutbol con la imagen de patrocinadores del ente deportivo en conferencias y entrevistas con prensa, siempre que estuviera vistiendo ropa deportiva, razón por la cual nunca lo vimos con ella en las conferencias luego de las mejengas o cuando daba la lista de convocados, cuando vestía saco, camisa y jeans.

Matosas recibía “gastos de bolsillo” por la misma suma que se le da a cada jugador de la Tricolor en los partidos.

Si debía salir del país para cumplir las labores propias de su cargo sin que implicara la participación de la selección, la Fedefutbol le cubría la totalidad de sus gastos.

Esos gastos lo define así el documento: "transporte aéreo o terrestre, impuestos de salida del país, hospedajes y alimentación (...) siempre que sean aprobados previamente por el Comité Ejecutivo de la Fedefutbol”.

En la teoría, Matosas debía presentar facturas.

Karol Espinoza

Bachiller en periodismo y licenciada en Comunicación de Mercadeo. Periodista de Deportes con más de 14 años de experiencia. Integra La Teja desde setiembre del 2006.

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