Romand había pretendido, durante más de una década, que trabajaba para la Organización Mundial de la Salud (OMS), con sede en Ginebra, como un exitoso médico e investigador.
Romand había pretendido, durante más de una década, que trabajaba para la Organización Mundial de la Salud (OMS), con sede en Ginebra, como un exitoso médico e investigador.