No sonaba tan alegre el "¡Vamos, vamos, Chape!" desde el 23 de noviembre de 2016, cuando aquel equipo humilde de Chapecó entró en ese mismo vestuario tras clasificarse a la final de la Copa Sudamericana.
No sonaba tan alegre el "¡Vamos, vamos, Chape!" desde el 23 de noviembre de 2016, cuando aquel equipo humilde de Chapecó entró en ese mismo vestuario tras clasificarse a la final de la Copa Sudamericana.