Farándula

Lussania Víquez jaló orejas en llamado que hizo para detectar a tiempo el cáncer de mama

La presentadora de Repretel, Lussania Víquez, fue diagnosticada con esa enfermedad en el 2012

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MATERIAL RETOCADO jueves 19-10 Lussania Viquez

Lussania Víquez vivió en carne propia los embates del cáncer de mamá tras ser diagnosticada con la enfermedad en el 2012.

Para ese entonces, la presentadora de Repretel tenía 26 años y decidió que su enfermedad no iba a significar el fin de su vida, sino más bien el comienzo de una lucha por vivir.

Contra el cáncer batalló sin tregua hasta vencerlo y una década después de haber sobrevivido, Lucy está más sana que nunca disfrutando de otro de los milagros que hizo Dios en su vida: sus mellizos Antonella y Alessandro.

De lo que le dejó ese capítulo de su vida la simpática colocha habló con La Teja y aprovechó para hacer un llamado a las mujeres de que estén alertas y para jalarle las orejas a las campañas que promueven el autoexamen de mama porque para ella, eso no es suficiente.

¿Qué significa para usted este jueves 19 de octubre, que es el Día Internacional de la Lucha contra el cáncer de mama?

Creo que significa un momento para recordar cuán importante es cuidarnos. No importa si somos hombres o mujeres porque esto afecta a todos, obviamente, más a mujeres. Creo que es un llamado a la detección temprana, tal vez no a la prevención, pero sí a la detección temprana que marca la diferencia entre la vida y la muerte.

¿Qué aprendizajes le dejó todo este proceso de cáncer que vivió siendo tan joven?

¡Uy, un montón de cosas! Pero digamos que lo principal es que hay que vivir el hoy y el ahora, y que en esta vida estamos de paso. Esto que voy a decir va a sonar un poco romántico, pero así lo vivo y así lo siento, porque yo antes le tenía mucho mucho mucho miedo a la muerte, pero mucho miedo, ahora no es que quiero morirme, pero le perdí el miedo, porque entendí que aquí estamos de paso, y eso puede sonar muy crudo, pero si Dios decidió dejarnos aquí un ratito más, entonces no nos robemos el aire, tratemos de hacer las cosas bien, demos amor al prójimo, seamos más solidarios con la gente.

Entonces, lo que me enseñó es más a cómo vivir el hoy y el ahora, a entender que estamos de paso en esta tierra, que todo es efímero, que todo es temporal, que el cuerpo es algo que viene y va, y que la verdadera belleza de los seres humanos está en el corazón. Uno aprende a vivir el día a día, a ser muy agradecido y a identificarse más con el dolor ajeno y disfrutar cada segundo como si fuera el último.

¿Qué representó perder su cabello producto del tratamiento?

Te voy a ser muy honesta, la pérdida de cabello no voy a decir que me gustó, pero creo que no me afectó tanto. Lo que me afectó fue ver el conjunto de cosas ya en mi cuerpo, porque no fue solo la pérdida del cabello, se le caen a uno las cejas, las pestañas, las uñas, uno se inflama… Físicamente, uno se transforma, pero el cabello como tal siento que no, porque yo, incluso, empecé a usar pañoletas largas y les puse florcitas y trataba de explotar otra área de mí.

Pero el verse uno al espejo y ver esos cambios físicos de que estaba inflamada, de que mis facciones no se parecen…; empezar a ver eso sí fue impactante. Pero el tema del cabello no; incluso, el tema de la operación, porque son cosas que van y vienen.

En el caso del cabello, gracias a Dios, vuelve a crecer; la mama se puede reconstruir y el valor de uno no yace ni en el cabello ni en una mama. Entonces creo que cuando uno entiende eso, entendió todo.

Cuando observa fotografías suyas de ese tiempo y de cómo se veía, ¿qué le recuerdan esas imágenes?

Muchas cosas. Primero, que Dios es misericordioso, y después que todo en esta vida es temporal, lo bueno y lo malo. Son situaciones que no nos definen. Yo pasé por ahí y eso, al fin y al cabo, me hizo una mujer más fuerte y más humana. Fue un camino que tuve que caminar y hoy soy una mujer más fuerte. De alguna manera, eso me recuerda la guerra que tuve que dar, la guerra que luché, pero que me convirtió en un mejor ser humano.

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Como sobreviviente de cáncer de mama, ¿cuál es su mensaje en este día?

A las que ya fueron diagnosticadas que recuerden que todo es cuestión de actitud. Es muy importante tener una actitud positiva, entender que todo es temporal y que el cáncer no nos define; simplemente, es una prueba que tenemos que luchar y diría que cuando enfrentamos un diagnóstico de cáncer empieza la batalla más importante en nuestra vida que es, justamente, la lucha por vivir.

En el caso de todas las demás mujeres, lo que les digo es que no se conformen con el autoexamen. A mí a veces me da cólera, porque muchas campañas dicen que el autoexamen aquí y allá, y el autoexamen es la punta del iceberg.

En el momento en que yo palpe algo con mi mano es porque ya hay algo; entonces, no podemos confiarnos con el autoexamen. Es importante, es indispensable hacernos ultrasonidos por lo menos una vez al año y si ya somos mayores de 40 años, hacernos ultrasonido y mamografía, las dos cosas. Pero que no nos conformemos con el autoexamen que es muy subjetivo.

Quisiera que se erradique esa información del 80 por ciento de las campañas de Costa Rica del autoexamen. La campaña debería estar dirigida a ultrasonido porque ahí, si hay algo pequeñito, se logra detectar. Entonces, ese es el llamado que me encantaría hacer para lograr esa detección temprana porque, insisto, una detección temprana marca sí o sí una diferencia entre la vida y la muerte.

Manuel Herrera

Manuel Herrera

Periodista de farándula en La Teja. Trabajó en La Nación del 2012 y 2020 como periodista digital y redactor de la Mesa de Entretenimiento, donde escribió para Viva, Revista Dominical y Teleguía. Bachiller en Periodismo por la Universidad Latina de Costa Rica. Además, posee estudios en Diseño publicitario. Se dedica a la comunicación desde el 2008

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