La empresaria Mariana Uriarte, de 33 años, está a punto de cambiar las brochas y los labiales por zapatos de baile.
Ella es una de las dueñas de la marca nacional Karamawi y estará en la segunda temporada de Mira quién baila (MQB), que se inicia el 7 de setiembre.
La vecina de Guadalupe, pero desamparadeña de corazón, dice que aceptó la propuesta de Teletica Formatos por la red de mujeres que la sigue, y para enfrentar de una mejor manera una difícil situación que llegó a su familia en enero.
Mariana es quizá la menos famositica de los participantes anunciados hasta ahora, pero gracias a su emprendimiento tuvo por siete meses una sección en el programa ¡Qué buena tarde!, en el que salía todos los jueves.
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Fue hace ocho años cuando empezó con su negocio, junto con su hermana y cuñado, aunque en un inicio era solo de venta de lentes de sol fabricados con madera reciclada.
A mí siempre se me hace el corazón grandísimo decir que nuestros productos son 100% nacionales, tenemos nuestro laboratorio aquí"
— Mariana Uriarte, maquillista y empresaria
Para ese entonces estaba embarazada de su hija Camila y afloraron aún más sus ganas de emprender, pues después lo convirtió en una tienda de maquillaje, comenzando con la producción de sus propias brochas. Y hace cinco años tienen su propia línea de skincare o productos para proteger la piel.
Las redes sociales de su empresita son seguidas por muchas mujeres, quienes la postularon para que la llamaran a menear las curvas en el programa de canal 7.
“Yo tengo una comunidad de mujeres tan increíble, y no les podía fallar. Si ellas me querían ver moviendo las caderas, tenía que hacerlo. Esto no es solo un programa, es un reto como mujer, mamá y empresaria”, expresó.
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Va por hacer feliz a su papá
Además, de aceptar por ellas, decidió decirle sí a la producción porque siente que este es un año de pruebas y retos no solo para ella sino para toda su familia.
En enero recibieron la dura noticia de que su papá, Juan Carlos Uriarte, fue diagnosticado con cáncer de próstata y ha estado recibiendo radioterapia.
Precisamente, el 4 de setiembre su papá termina el tratamiento, y la noticia de que la verá bailando en la pista más famosa de la televisión nacional lo tiene muy feliz.
“Este año es como de muchísimas emociones, papi termina el tratamiento el 4 y tres días después empieza el programa, y no sabes lo emocionado que está. Él me dice: ‘Hija, voy a estar sin tratamiento, voy a poder ir a las galas, voy a poder apoyarte’; entonces, realmente, Mira quién baila llega a distraernos a nosotros como familia, llega a darnos una ilusión y llega también a dar ilusión a mi papá en este momento”, expresó.
El hecho de que su papá ya termine sus 29 sesiones de terapia, justo al inicio de la competencia, también fue una razón más para aceptar, pues ya es una preocupación menos.
“Eso también me tiene muy emocionada porque creo que puedo ir con una preocupación menos; especialmente, porque nosotros nos rotamos todas de lunes a viernes para acompañarlo. Entonces, imagínate la impotencia que podía sentir al saber que tengo que estar entrenando y él en el hospital”, dijo.
Ni tan nueva para el baile
El baile no es nada ajeno para Mariana, pues según contó, desde sus 12 años estuvo en una academia de baile.
Esta disciplina le gustó tanto que cuando cumplió 18 años, se abrió su primer emprendimiento: una academia llamada Baila Sap.
“De hecho, mi primer programa de televisión fue A todo dar. Nosotros éramos el grupo coreográfico de niñas del programa, entonces imagínate”, expresó.
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Gracias a su academia se pagó la universidad, en la que estudió educación especial con discapacidad cognitiva, aunque nunca lo llegó a ejercer, ya que al final decidió montar Karamawi.
“Siento que nací para enseñar y, realmente, si vos ves, en mi negocio, yo paso enseñándoles a las chicas un montón de cosas, no solo a maquillarse, a peinarse, a cuidarse, a fortalecer el amor propio, a aceptar; entonces, sigo enseñando. Siempre le digo a papi, que a quien le dolió mucho que nunca ejerciera mi carrera, que sigo enseñando diferente, en lo propio”, dijo.
A romper estereotipos
Mariana también aceptó ponerse los tacones de bailarina para romper estereotipos, pues se siente muy orgullosa de su cuerpo y estatura.
Y, sobre todo, para demostrar que las mamás empunchadas también pueden divertirse.
“Me parece bonito representar a todas esas mujeres que, normalmente, siempre estamos luchando con la presión de calzar en una sociedad que, a veces, no nos deja espacio para ser auténticas; mujeres que aun así seguimos adelante con fuerza, con amor, con ganas de construir nuestros sueños”, agregó.
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La empresaria, igualmente, se siente muy emocionada de poder ayudar a una fundación, y espera llegar bien lejos en la competencia para que el premio sea más grande para ellos.
“Es un reto como muy grande, un reto más en mi vida como mujer, como mamá, como empresaria y un reto que asumo con el corazón, sabiendo que, tal vez, muchas mujeres pueden verse reflejadas en mí. Soy como un tipo de mujer muy diferente a la que la gente está acostumbrada a ver en televisión, soy chiquitita, soy curvy, entonces, realmente, creo que represento a todas esas mujeres”, concluyó.