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Experiencia Avatar en Costa Rica: así vivió nuestro equipo de “Conociendo a mi país” la magia de la bioluminiscencia

Entre cabalgatas, rapel, aguas termales y noches bajo las estrellas, el equipo de Conociendo a mi país descubrió en Isla Cedros un espectáculo que nos llevó a la película Avatar.

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Para el equipo de Conociendo a mi país, viajar no fue solo encender la cámara y grabar. Es sudar, ensuciarse, enfrentarse a la naturaleza y, de paso, disfrutar como chiquillos en vacaciones.
Experiencia Avatar en Costa Rica: así vivió nuestro equipo del programa “Conociendo a mi país” la magia de la bioluminiscencia. En la foto cabalgan Jorge (izquierda) y Alejandro. (Cortesía/Cortesía)

Para el equipo de Conociendo a mi país, viajar no es solo encender la cámara y grabar. Es sudar, ensuciarse, enfrentarse a la naturaleza y, de paso, disfrutar como chiquillos en vacaciones.

En el primer capítulo, la ruta los llevó hasta La Fortuna de San Carlos, donde vivieron de todo: cabalgata, rapel, canopy, aguas termales y hasta la prueba de meterse con los caballos a cruzar un río.

La bioluminiscencia se parece en lo azul brillante al mundo de las películas Avatar.

Alejandro Monge, periodista del proyecto, reconoce que al inicio le dio nervios sentir el agua llegando a sus pies montado a caballo, pero la calma de los animales lo tranquilizó.

“Fue increíble ver al caballo tan sereno, dominando el espacio, eso nos dio paz a todos”, contó.

La bioluminiscencia es uno de los atractivos que presenta Puntarenas. Esta imagen fue captada en isla Cedros. Foto: Alacom

En el rapel también hubo risas y sustos. Randall Vásquez, director creativo, por andar tomando fotos se olvidó de que estaba bajando con cuerda y el susto casi lo deja sin aire. Aun así, el resultado fueron tomas espectaculares que ahora se disfrutan en los capítulos de YouTube de La Teja y La Nación.

No todo fue pura diversión. En medio de una cabalgata, el guía maleku que los acompañaba se acercó a un árbol con un panal y las avispas no tardaron en reaccionar. Jorge Soto, productor audiovisual, todavía recuerda el momento con un poco de risa nerviosa.

Para el equipo de Conociendo a mi país, viajar no fue solo encender la cámara y grabar. Es sudar, ensuciarse, enfrentarse a la naturaleza y, de paso, disfrutar como chiquillos en vacaciones.
Conociendo mi país demuestra que disfrutar Tiquicia no tiene por qué ser caro. (Cortesía/Cortesía)

“Uno que es de ciudad se asusta mucho, pero el guía mantuvo la calma y hasta los caballos se portaron de maravilla. Aprendimos que con la naturaleza no se puede controlar nada, solo hay que vivirla segundo a segundo”, comentó.

Ese aprendizaje fue parte de lo que más marcó al grupo: entender que el país es impredecible, pero justamente ahí está la magia.

El segundo capítulo se grabó en el Golfo de Nicoya, entre Isla Cedros e Isla de Chira, y fue como entrar en otra dimensión. Durante el día, la belleza natural se roba todas las miradas, pero es en la noche cuando aparece la verdadera magia: la bioluminiscencia.

“Yo iba escéptico, pensaba que no era tan especial como en los videos o fotos. Pero cuando apagamos todo y el mar empezó a brillar, quedé maravillado. Me metí con máscara y debajo del agua parecía Pandora, de la película Avatar. Fue nuestro momento Avatar de la vida”, recordó Alejandro, todavía con emoción.

Detrás de cámaras del primer capítulo de nuestro programa "Conociendo mi país"

La bioluminiscencia fue la cereza en el pastel. Cada brazada en el agua encendía miles de luces diminutas que parecían estrellas bajo el mar. Alejandro lo define como uno de los momentos más impresionantes de su vida.

“Ni la mejor foto le hace justicia a lo que vivimos. Hay que estar ahí, dejar que el país lo envuelva a uno”, expresó Jorge.

Para el equipo de Conociendo a mi país, viajar no fue solo encender la cámara y grabar. Es sudar, ensuciarse, enfrentarse a la naturaleza y, de paso, disfrutar como chiquillos en vacaciones.
El ICT explica bien en esta infografía qué es la bioluminiscencia. (Cortesía/Cortesía)

Esa es justamente la esencia de Conociendo a mi país: mostrar que en Costa Rica la naturaleza regala espectáculos únicos que no tienen nada que envidiarle al cine.

Explica la Universidad de Costa Rica que la bioluminiscencia es “la producción de luz de ciertos organismos mediante una transformación de energía química a luminosa y es observado en insectos y hongos, pero también en cuerpos de agua, generalmente en ecosistemas marinos.

“Las bacterias y dinoflagelados (un tipo de fitoplancton) son los dos grandes grupos de microorganismos que están implicados en la bioluminiscencia acuática. Estos microorganismos producen luz al convertir su energía química en luminosa mediante una enzima”.

Para el equipo de Conociendo a mi país, viajar no fue solo encender la cámara y grabar. Es sudar, ensuciarse, enfrentarse a la naturaleza y, de paso, disfrutar como chiquillos en vacaciones.
Randall y Alejandro disfrutaron al máximo cada instante de Conociendo mi país. (Cortesía/Cortesía)

Acampar en Isla Cedros fue otra experiencia que los llenó de energía. El amanecer sobre el mar impactó a Randall, mientras que en Isla de Chira la comunidad y la amabilidad de la gente lo hicieron sentir en casa.

“En Cedros uno vive la vibra de playa, en Chira la calidez de la gente te recuerda a la zona rural, es otra experiencia”, agregó Alejandro.

El equipo coincide en que viajar por Costa Rica no tiene por qué ser caro. Como ejemplo, la entrada a las cataratas de Llanos de Cortés en Guanacaste cuesta apenas ¢2.000. Y si se anima a acampar, lo esencial es sencillo: impermeable, agua y, como enseñó don Danilo, papá de Randall, nunca salir sin cuchillo ni foco. Ambos fueron necesarios en algún momento de la grabación.

Las jornadas para Conociendo mi país arrancaban a las 5 de la mañana y terminaban casi a medianoche. Entre lluvia, sol y más lluvia, grabar se volvió una aventura con los microclimas del país.

Pero, al final, lo que queda es la convivencia.

“Trabajamos juntos ocho horas al día, pero en estas experiencias convivimos de otra forma, compartiendo cansancio, risa y momentos que nunca se olvidan”, dijo Alejandro.

Para el equipo de Conociendo a mi país, viajar no fue solo encender la cámara y grabar. Es sudar, ensuciarse, enfrentarse a la naturaleza y, de paso, disfrutar como chiquillos en vacaciones.
El equipo acampó, hizo canopy, rapel, nadó, cabalgó, en fin, la aventura fue total y alegre. (Cortesía/Cortesía)

Y es que Conociendo a mi país no solo muestra lugares, también enseña que en Costa Rica hay magia a cada instante… y que hasta se puede vivir un momento Avatar sin salir de este bello país.

Eduardo Vega

Eduardo Vega

Periodista desde 1994. Bachiller en Análisis de Sistemas de la Universidad Federada y egresado del posgrado en Comunicación de la UCR. Periodista del Año de La Teja en el 2017. Cubrió la Copa del Mundo Sub-20 de la FIFA en el 2001 en Argentina; la Copa del Mundo Mayor de la FIFA del 2010 en Sudáfrica; Copa de Oro en el 2007.

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