Abuelita de Jonathan Moya prende velitas para que su nieto le anote este domingo a Saprissa

Jonathan Moya visitará este domingo la Cueva, pero vestido por primera vez con la camiseta de Alajuelense, su equipo desde mitad de este año.

La visita del oriundo de Santa Elena de Monteverde tiene algo de morbo porque Saprissa fue su hogar por muchos años, hasta que el jugador aceptó la propuesta hecha por los manudos de jugar ahí hasta el 2022. De momento ya suma seis goles como rojinegro.

Para este partido tiene un empuje muy especial ya que su abuelita paterna, doña Carmen Ramírez, le ha pasado prendiendo velitas al Sagrado Corazón de Jesús durante la semana para que él pueda anotarle a su exequipo y que ojalá se traiga los tres puntos del Ricardo Saprissa.

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“Mi familia siempre me apoya en las decisiones que tome, en especial mi abuela, ella siempre soñó con verme con esta camisa, es un sueño que ella tenía y ya se lo estoy cumpliendo”, contó Moya el pasado 23 de mayo, en su presentación con los rojinegros.

Por eso buscamos a esta señora de 90 años y vecina de La Pita, en Chomes de Puntarenas, para saber de dónde le viene el gusto por el club manudo y qué espera del clásico que podría consolidar aún más a los alajuelenses en el liderato.

– ¿Por qué se hizo liguista?

– Mi mamá nos hizo liguistas, aunque no todos mis hermanos lo son, yo sí. Ella nos decía que éramos de Alajuela y que teníamos que ser liguistas.

De ahí viene, a ella le gustaba mucho el equipo, pero a mí fue la que más me nació ser alajuelense. Ella se llamaba Elodia Pacheco y mi papá era Manuel Ramírez.

Éramos del centro de Palmares.

– Pero entiendo que usted se casó con seguidor del Herediano...

– Sí, también era de Palmares, se llamaba José Luis Moya y murió hace 26 años.

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No había pleitos por fútbol, nunca tuvimos problemas.

– Siendo tan liguista, ¿cómo se sintió viendo a su nieto con la camisa de Saprissa?

– Viera que yo más bien vivo muy agradecida con Saprissa porque lo tuvo ahí por un tiempo. Pero el sueño mío era que él jugara con Alajuela toda la vida. Siempre le decía: ‘charita, ¿por qué usted mejor no está con la Liga?’.

Pero salió de un gran equipo como Saprissa. Ahora él está muy feliz, apenas me dijeron que iba para Alajuela fui la primera que me puse contenta.

Cuando juega le prendo velitas al Señor para que meta goles, aunque sea que haga uno, pero si hace dos, mejor.

– ¿Cómo se entera usted que su nieto va para Alajuelense?

– Mi hijo me contó después que pasó todo (presentado oficialmente con los manudos). Le decía que cómo podía ser, que cómo no me dijeron eso antes. (Su hijo Juan Luis Moya nos dijo en una entrevista que no le contó nada antes porque de seguro se lo decía a todo el mundo).

Fue una alegría muy grande, él se merecía eso porque ha sido un muchacho muy sano. Estaba en un gran equipo, pero queríamos otro mejor para nosotros. Para nosotros el mejor es Alajuela.

– ¿Ve los partidos de Alajuelense?

– Todos los veo, estamos muy felices porque ahí Jonathan está muy bien, hay mucho compañerismo. Siempre que juegan le pido a Dios por todos, para que no se lesionen, que no les pase nada y les vaya bien.

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– ¿A quién le reza?

– Le pido al Corazón de Jesús, es el patrón de aquí. Le prendo una velita. Cuando no mete un gol digo que el Señor sabrá por qué pasa eso y cuando mete un gol me vuelvo loca, todos gritan de la felicidad.

– ¿Cada cuánto ve a Jonathan?

– Lo veo muy poco porque le cuesta venir.

– ¿Cómo es él como nieto?

– Es un buen muchacho, lo quiero mucho porque es muy bueno, muy sano. Ha sido demasiado obediente, quiere mucho a los papás, se preocupa mucho por ellos.

Yo tengo como 27 nietos y él es de los menores.

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Es el orgullo de la familia, todos lo queremos, lo apoyamos mucho. Es demasiado humilde, nos ha ayudado en la iglesia.

Una vez, para una Navidad, vino y se fue a la plaza a jugar con todos los chiquitos, acá todo el mundo lo quiere. Me dicen que soy muy dichosa por ser la abuelita de Jonathan, es demasiado bueno.

– ¿Ha ido al estadio a ver algún partido?

– Nunca he ido al estadio, veo los juegos por tele. A ratos me voy al corredor para cerrar los ojos y que cuando griten saber que metió un gol.

– ¿Qué espera del clásico del domingo?

– Le pido a Dios que gane Alajuela y que Jonathan le meta goles a Saprissa (risas).

– ¿Qué piensa de las palabras dichas por Moya el día de la presentación con Alajuelense, cuando mencionó que usted siempre lo había apoyado y que le estaba cumpliendo el sueño de verlo vestido con la camiseta rojinegra?

– Estoy muy feliz por eso, le pido a Dios siempre que no le pase nada, ni a él ni a los compañeros. Lo aprecio, lo apoyo a él y a todos en el equipo porque son los que hacen ganar a Alajuela.

Son una familia, me gusta que sean compañeros, que se quieran y se apoyen. Sé que lo quieren mucho, en Saprissa no lo supieron valorar, no le dieron mucha pelota como decimos (risas).

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– ¿Quién es más fiebre: usted o su hijo (el papá de Jonathan)?

–Los dos somos muy manudos, mi hijo siempre ha sido muy liguista.

– ¿Ha sufrido mucho en estos casi cinco años que suma Alajuelense sin ser campeón?

– Claro, siempre que somos campeones estamos felices de la vida y tenemos la fe de que este año va a ser el campeonato.

Tengo la fe que el domingo Dios los va a bendecir, he rezado todos estos días para que Dios los ayude y ojalá que ganen, esa es la ilusión de todos, que la Liga gane.

– ¿Jonathan ya le regaló la camiseta de la Liga?

– Todavía no me ha dado nada, estoy esperándola (risas).

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–¿Cómo chinea a Jonathan cuando la visita?

– Siempre que viene lo chineamos, le hago gallitos de frijoles con torta de huevo, a él le encantan. Siempre que viene le tengo que preparar eso y le hago para que lleve, se vuele loco y con eso me lo he ganado.