El caso de Mirella, una mujer polaca de 42 años mantenida en cautiverio por casi tres décadas, conmociona a Polonia y genera preguntas sobre cómo pudo pasar desapercibido tanto tiempo
El caso de Mirella, una mujer polaca de 42 años mantenida en cautiverio por casi tres décadas, conmociona a Polonia y genera preguntas sobre cómo pudo pasar desapercibido tanto tiempo