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Pablo Mudarra cree que la segunda etapa de la Vuelta a Costa Rica, entre Cañas y Liberia este domingo, será muy ruda

“Le dedicaré mi participación en la Vuelta a Costa Rica a mi gente, los privados de libertad de Pérez Zeledón y Cartago, así como a los policías penitenciarios”, dice con orgullo don Randall.

Si algún joven sacó el ratito para leer esta columna, además de que me parece milagroso se lo agradezco. Y a propósito de que este lunes se inauguró la edición 55 de la Vuelta Ciclística, con cuatro gatos, como viene ocurriendo hace rato, a ese joven lector le sonaría a cuentazo que la competencia, estrenada en 1965, se convirtió en los años 60, 70 y un poquitico de los 80, en el evento deportivo más esperado para cerrar el año. Era la fiesta del pueblo.