Wálter Solís vive en medio de la angustia y la desesperación desde el 2019, debido a un severo problema de próstata.
Sus días son una tortura porque el dolor lo acompaña siempre, sobre todo cuando tiene que ir a orinar.
Él libra una batalla contra una próstata “demasiado grande”, una condición que le ha robado el sueño, la posibilidad de trabajar y, lo más importante, su calidad de vida.
Su testimonio es un crudo reflejo de la crisis en las listas de espera de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
“Lo que yo necesito es calidad de vida ya”, suplica Solís al ver cómo su vida se ha convertido en un ciclo interminable de dolor, ardor y el pánico constante de no poder controlar su vejiga.
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Seis años de tormento al orinar
Los síntomas de Wálter comenzaron hace seis años, pero han escalado hasta una situación límite. Su diagnóstico es “hiperplasia de próstata”.
Durante el día, la necesidad de ir al baño es constante, pero es en la noche cuando la situación se vuelve un verdadero tormento.
“En la noche empeoro hasta el punto de no poder dormir y muchas veces me despierto orinado... Me levanto entre 15 y 20 veces a orinar y cada vez que voy me arde mucho y me duele demasiado”.
Este insomnio forzado y la molestia de estar yendo a orinar a cada rato, no solo afecta su salud, sino también su capacidad para reinsertarse laboralmente.
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“En ningún trabajo aguantan que un empleado pida permiso cada 15 minutos para ir al baño”, lamenta.
Además, su incapacidad para aguantar las ganas de orinar le impide hasta salir a la calle por el miedo a los accidentes.
La lista de espera: Una sentencia a largo plazo
Los diagnósticos médicos son claros: la próstata de Wálter Solís es “muy, muy grande”. La única solución es la cirugía; sin embargo, la esperanza de ser operado para mejorar su vida choca de frente con la realidad de las listas de espera.
Actualmente, él se encuentra en la posición 466 para la cirugía en el hospital San Juan de Dios. Un número que, en lugar de disminuir, parece perpetuar su sufrimiento.
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“La verdad es que sí me imposibilita dormir”, reitera Wálter, mientras observa cómo el tiempo pasa sin solución.
Su próxima cita con la uróloga está programada para el año 2027, una fecha tan lejana que le causa un enorme sentimiento de frustración y siente miedo de llegar y que le digan que debe esperar más años.
Un problema bastante común
El urólogo Andrés Arley dice que lamentablemente el problema de próstata que enfrenta Wálter es muy común.
“El agrandamiento benigno de la próstata es absolutamente común. Hay casos en los que los pacientes esperan mucho tiempo para tratarse y cuando llegan, ya la próstata ha crecido libremente.
“Hay muchos factores que pueden ocasionar este problema, entre ellos: la edad, la genética, el alcohol, el sobrepeso, el sedentarismo”, explicó el especialista.
El urólogo dijo que hay siete síntomas claros de que los hombres están teniendo problemas de próstata.
- Nicturia: se levantan de noche
- Frecuencia: orinadera de día
- Intermitencia: chorro entrecortado
- Disminución del calibre de chorro
- Valsalva: tiene que pujar para orinar
- Sensación de no vaciado completo de la vejiga
- Urgencia: tienen que correr al baño
Estos síntomas empiezan poco a poco, no se dan de golpe y, apenas inicien, lo mejor es buscar ayuda médica para evitar que el tema se salga de control.
El tratamiento para el agrandamiento de la próstata
El urólogo dice que hay varios procedimientos para este tipo de casos, pero que básicamente lo que se hace es quitar tejido con corriente eléctrica o algún láser; también se puede con vapor de agua.
Arley dice que dependiendo del tiempo que el paciente ha tenido el problema y de la severidad de la obstrucción, pueden quedar con secuelas luego de la cirugía.
La Teja consultó a la Caja sobre el caso de don Wálter para saber a qué se debe tanta espera, pero la respuesta que nos dieron fue restringida.
“En apego a la normativa institucional y a la protección de la privacidad de los pacientes, no es posible brindar información detallada sobre aspectos sensibles de la atención. El paciente o sus familiares directos pueden hacer las consultas que consideren a la jefatura del Servicio de Urología”, informaron en el hospital San Juan de Dios.



