Sucesos

Funcionario del ICE se lanzó a infernal incendio y se convirtió en héroe anónimo de tragedia histórica

Don Rafael Ulate asegura que fue Dios quien lo puso en ese lugar y le dio las fuerzas para hacer algo que no cualquiera podría hacer

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Incendio en hogar de ancianos Tilarán ocurrido en el 2000.
El voraz incendio cobró las vidas de 17 adultos mayores. (Archivo/Incendio en hogar de ancianos Tilarán ocurrido en el 2000.)

No todos los héroes llevan capa; algunos, incluso, pueden llevar puesto un uniforme del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), como fue el caso de don Rafael Ulate Artavia, quien se convirtió en un verdadero héroe al salvar a 17 viejitos de una de las peores tragedias en la historia del país.

Por mucho tiempo, don Rafael, de 59 años, fue un héroe anónimo, pues pocas personas fueron testigos de su valerosa acción, además de que él nunca hizo gala de lo sucedido, pues actuó de corazón y no para recibir reconocimiento.

Sin embargo, es imposible recordar el trágico incendio ocurrido en el año 2000, en el hogar de ancianos de Tilarán, en el que murieron 17 adultos mayores, sin mencionar a Ulate y a su compañero Óscar Herrera, pues ellos evitaron que esa tragedia fuera aun peor.

“Yo siempre he tenido un perfil bajo sobre eso; incluso, ese día yo me vine a la casa para luego irme a trabajar. Me vine tranquilo, porque vi que el de arriba me había puesto en ese momento y, gracias a Dios, pudimos hacer algo por esas personas. Yo pienso que todos podemos actuar, dependiendo de la situación; a mí, Dios, en ese momento, me dio mucho valor y serenidad para actuar”, dijo Ulate.

Incendio en hogar de ancianos Tilarán ocurrido en el 2000.
Este año don Rafael se reencontró con una de las señoras a las que salvó esa noche. (Archivo/Incendio en hogar de ancianos Tilarán ocurrido en el 2000.)

Este pasado 18 de julio se cumplieron 25 años de ese terrible incendio que dejó una gran marca en Tilarán y en todo el país, y que también marcó un precedente para que en distintos hogares y centros de cuido se hicieran cambios estructurales para afrontar incendios como este.

Pese a que han pasado más de dos décadas, don Rafael recuerda ese día como si hubiera sido ayer. Ulate contó que esa noche del 18 de julio del 2000, pasadas la 11 p.m., él había llevado a unos compañeros a la Planta Hidroeléctrica de Arenal, y cuando regresaba a Tilarán, junto con su compañero Óscar, a lo lejos observó una luz que llamó su atención.

“Yo vi un fuego, cerca del hogar de ancianos, pero como detrás había un platanarcillo pensamos que seguro era eso lo que se estaba quemando. Pero yo me fui con esa cuestión en la mente. En la entrada del hogar vi un portón, entonces, me metí con el carro para ver qué era, y fue cuando nos dimos cuenta de que se estaba incendiando el hogar”, relató.

Ulate comenzó a tocar el pito como loco para ver si alguien salía, pero al no tener respuesta, se llevó el portón por delante.

Segundos después apareció el guarda, quien ni se había percatado del incendio. Don Rafael le pidió que le abriera las puertas del hogar de ancianos y que, de inmediato, llamara a los Bomberos y a la Cruz Roja.

Incendio en hogar de ancianos Tilarán ocurrido en el 2000.
El incendio fue una tragedia a nivel nacional. (Archivo/Incendio en hogar de ancianos Tilarán ocurrido en el 2000.)

“En el momento en que yo voy entrando todavía había luz, pero en ese instante se fue la corriente. Metí el carro ahí, donde estaba como una capilla, y lo dejé con la luz prendida para el frente, para tener un sitio seguro, donde uno pudiera sacar a las personas”.

El tiempo les jugaba en contra, por lo que don Rafael y su compañero corrieron para tratar de sacar a todos los adultos mayores que vieran. Según contó Ulate, la mayoría de los viejitos no encontraban la salida debido al humo y la oscuridad.

“Los viejitos venían saliendo, pero el humo venía como de unos pasadizos y, como la claridad estaba adentro por el incendio, ellos se volvían a ir para atrás. Nosotros los agarrábamos y los llevábamos de uno en uno al carro, estuvimos en vaivén por un buen rato”, explicó.

Ulate recordó que luego de haber sacado a varios de los viejitos, empezaron a llegar más y más personas, quienes, al enterarse de que todavía quedaban muchos adultos mayores adentro, trataron de buscar la forma de ayudar; sin embargo, el fuego ya había tomado demasiada fuerza.

“Ya nadie podía meterse a hacer absolutamente nada; entonces, en un momento dado ahí, quisimos entrar por un pasadizo, pero qué va, ya estaba muy bravo, y nos tuvimos que devolver.

Incendio en hogar de ancianos Tilarán ocurrido en el 2000.
El terrible incendio fue causado por un cortocircuito. (Archivo/Incendio en hogar de ancianos Tilarán ocurrido en el 2000.)

“Yo me quedo de último y donde hago a darme la vuelta, como que se prendió el cielo raso de un cuarto, como que se prendía y se apagaba algo, y yo vi una silueta de una señora ahí. Le dije a la gente que había una señora, pero ya ellos no querían meter manos; incluso, ya la guardia rural estaba ahí, y la encargada, en ese momento de la guardia, les dijo que ahí ninguno podía meterse, porque ya era atentar contra la vida”.

Pese a que estaba poniendo su propia vida en riesgo, don Rafael ingresó hasta el lugar en el que vio la silueta de la señora, pues estaba decidido a hacer hasta lo imposible para salvarle la vida.

“Empecé a quebrar celosías para ver cómo la sacaba. Yo le hacía señas con las manos para que se viniera y, de verdad, ella se dejó venir donde yo estaba. Pero en ese momento se prendió otra vez el cielo raso, y fue cuando vi la silueta de otra señora, pero en la esquina del cuarto. Le dije a la otra gente que estaba ahí, pues ya había bastante gente, que había otra señora, pero qué va, nadie quiso jugársela”.

Tras haber sacado a la primera señora, Ulate volvió hasta el mismo cuarto, pero se fue a otro ventanal que estaba más cerca de la otra viejita, por lo que de nuevo rompió la celosías son sus propias manos para poder sacarla.

Incendio en hogar de ancianos Tilarán ocurrido en el 2000.
Incendio en hogar de ancianos Tilarán ocurrido en el 2000. (Archivo/Incendio en hogar de ancianos Tilarán ocurrido en el 2000.)

“La agarré de los brazos, pero se me resbalaron las manos, porque ella estaba como si le hubieran echado aceite. Entonces, le metí las manitas en el medio de las piernitas para alzarla y también se me resbaló, pero a como pude logré sacarla porque ya no teníamos tiempo.

“Luego me di cuenta de que ella era ciega, por eso estaba ahí paradita y no sabía a dónde ir. La pared cerca de donde ella estaba tenía fuego y por eso se le quemó la espaldita”, narró.

Ulate recordó que a esa señora la llevó hasta el hospital en el carro del ICE, luego regresó al hogar de ancianos, donde se encontró una escena que le despedazó el corazón.

Cuando don Rafael volvió al hogar de ancianos, la escena era desgarradora, y lo dejó tan impactado que esa imagen aún vive en su memoria.

“La parte más trágica fue cuando los viejitos que quedaron adentro empezaron a morir, porque se comenzaron a oír los lamentos; hágale números de que había 17 personas y todos se quejaban. Todo el mundo se quedó en silencio y de a poco se escuchaban menos y menos lamentos, hasta que todo quedó en silencio. La gente gritaba, lloraba, era una desesperación de todo el mundo, ese momento fue bien difícil”.

Incendio en hogar de ancianos Tilarán ocurrido en el 2000.
Tilarán quedó marcado por ese triste hecho. (Archivo/Incendio en hogar de ancianos Tilarán ocurrido en el 2000.)

Tras esa triste escena, don Rafael regresó a su casa al día siguiente, a eso de las 4 a. m. Mientras se bañaba descubrió algo que lo dejó, verdaderamente, asombrado.

“Me estaba bañando y cuando me vi los brazos, noté que no tenía ni un solo rasguño, no tenía nada. Eso me sorprendió mucho, porque cuando quebré las celosías quedaron todos los picos y yo arrastré los brazos por ahí cuando estaba sacando a la última señora, que era bien gordita”.

Don Rafael contó que para él no fue fácil superar las imágenes de esa tragedia, pues estas quedaron tan grabadas en su mente que llegaron a atormentarlo, incluso, en sus sueños.

“Al principio, yo me acostaba en mi cama y veía la casa mía llena de humo y me asustaba, después oía los lamentos, era una cosa terrible. Antes de acostarme, tenía que revisar que no quedara nada conectado. Pasé bastante tempillo así, hasta que busqué ayuda con unos psicólogos del ICE, quienes me atendieron, me estuvieron dando terapia y me ayudaron bastante, pero es algo que no se me va a borrar nunca de la mente”, comentó.

Incendio en hogar de ancianos Tilarán ocurrido en el 2000.
Esta fue la medalla que don Rafael recibió de parte del Cuerpo de Bomberos. (Archivo/Incendio en hogar de ancianos Tilarán ocurrido en el 2000.)

Ulate también recibió un merecido reconocimiento por parte del ICE y sus propios compañeros, pero eso no fue todo, pues el Cuerpo de Bomberos también reconoció la valentía que tuvo aquel día.

“Cuando se iba a inaugurar aquí, los bomberos de Tilarán, y de Costa Rica nos condecoraron. Ellos nos regalaron una medallita para reconocer lo que hicimos”.

El pasado 21 de julio, el Hogar de Ancianos Tilarán realizó una misa y una actividad para conmemorar los 25 años del incendio, rindiéndoles honor a todos los viejitos que fallecieron en ese incidente.

“Recordamos a las personas que ya no están y agradecemos a Dios por los ángeles que colocó y sigue colocando a lo largo de los años en nuestra institución. Avanzamos siempre recordando con gran tristeza ese día, pero con la esperanza de seguir mejorando, trabajando con fuerza y unidad por nuestra población adulta mayor”, publicó el hogar en su perfil de Facebook.

En esa actividad estuvo presente don Rafael, quien ese día se reencontró con una de las señoras que él rescató.

Incendio en hogar de ancianos Tilarán ocurrido en el 2000.
Este 2025 se hizo un homenaje para todos los viejitos que murieron en la tragedia. Foto NTG Noticias. (Archivo/Incendio en hogar de ancianos Tilarán ocurrido en el 2000.)
Adrián Galeano Calvo

Adrián Galeano Calvo

Periodista de Sucesos y Judiciales en el periódico La Teja desde 2017. Cuenta con un bachillerato en Relaciones Públicas de la Universidad Latina y una licenciatura en Comunicación de Mercadeo de la UAM. En el 2022 recibió el premio a periodista del año del periódico La Teja.

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