Hace una semana fui con mi hijo, a una cita, al Hospital de Niños, iba preparada para horas de espera porque siempre le dicen a uno una hora y lo terminan atendiendo dos o tres horas después, iba preparada para caras largas, malos tratos y todo lo negativo que todos hemos vivido en la medicina pública cuando no es una operación grande, sin embargo, me sentí como en un sueño porque desde el guarda, los que limpiaban, las enfermeras y aunque ustedes no lo crean, hasta las doctoras y doctores, diciendo buenos días, con cara alegre, súper amables, en verdad que no lo terminaba de creer, todo puntual, mi hijo hasta lo chinearon, me sentí como si estuviera en un hospital privado pagando millones de colones y que por eso todo el mundo debe hacerme la masaguada.