María Cecilia Rodríguez Bustos es una adulta mayor de 67 años que este miércoles se encadenó a un poste en las afueras de la Asamblea Legislativa para suplicar que la dejen trabajar.
Ella trabajó con todas las de la ley como vendedora en un chinamo en el centro de San José durante 26 años, pero hace dos años funcionarios de la muni de San José le decomisaron las cositas que vendía y le ordenaron no volver porque, al parecer, el edificio aledaño al lugar donde tenía su puesto fue comprado por una persona a la que no le gustaba ver el chinamo ahí.
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“Yo me había ganado el derecho de trabajar ahí, ese señor que compró el edificio no compró la acera, no tienen por qué quitarme mi puesto, esa es mi forma de ganarme la vida
“Me ganaba la vida vendiendo ropa deportiva, guantes, bufandas, audífonos, cargadores, controles. Ahora hago mecha que es deshilachar una tela que se usa en talleres y ferreterías para limpiar tornillos”, contó la mujer.
María Cecilia dice que el quedarse sin su negocito de toda la vida la hecho deprimirse y ha complicado su diabetes y también una enfermedad que tiene en los bronquios, que al parecer se le hizo por respirar tanto tiempo el humo de los carros en el centro de San José.
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“Yo vengo aquí a pedir que me vuelvan a instalar es el lugar donde yo tenía mi negocito, que es en la esquina de la farmacia Sucre sobre la avenida central. Aquí voy a venir todos los días hasta que alguien me escuche”, aseguró la afectada.
“Quiero que me instalen el chinamo y que paguen los daños y perjuicios de todo lo que me han perjudicado a mí y a mi familia”, agregó.
De momento, durante este miércoles nadie de la Asamblea la recibió ni salió a conversar con ella. Mañana volverá a pulsearla.